Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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El Gobierno se afianza en la recta final

El Gobierno vía Rogelio Frigerio ya empezó a trajinar el celular para convocar a todos los gobernadores a una reunión amplia el 27 de octubre.
El Gobierno se afianza en la recta final. Crónicas de la república La Nueva. Bahía Blanca

El desenlace que pronostican desde el Gobierno a una semana de las elecciones legislativas, es coincidente en sus grandes trazos con el que el resto de la escena política -aún aquellos actores que probablemente el domingo 22 no tengan mucho para festejar- pareciera dar por sentado que ocurrirá.

En el macrismo miran el panorama y no pueden evitar hacerlo con un sesgo optimista. Que se basaría en varios hechos puntuales: el primero es la significativa defensa del Gobierno y el apoyo en tono general que partió del Coloquio de IDEA, donde casi el 90 % de los hombres de negocios consideró que lo que viene será mejor; el siguiente es la planificada embestida contra el poder sindical, para transparentar un sector incontrolable hasta ahora, que se patentizó en los casos de corrupción, ahora a la luz, de "Pata" Medina, del siguiente en la lista que es el portero Santamaría y en el anterior del "Caballo" Suárez; y finalmente en el avance de los jueces federales en causas sensibles como fueron el procesamiento de Cristina Fernández en la causa del Memorándum con Irán y la más fresca, tal vez la más esperada, del juez Ercolini contra la procuradora Gils Carbó. En especial porque le da nuevos aires al Gobierno en su hasta ahora fracasado intento por echarla del cargo.

No sería todo lo que el oficialismo tiene por estas horas para mostrarse confiado. Ya se ha dicho y comprobado en más de una encuesta que cada aparición de Cristina en los medios le resta votos y quita imagen. No le suma nada a lo que ya tiene. Tanto que en el Gobierno no fueron ajenos (vía Durán Barba) a los pormenores del incidente entre la arquitecta egipcia y su consultor catalán Gutiérrez-Rubí, que terminó con un portazo del profesional, aunque algunos dicen que ella lo echó. Justamente el hombre se fue porque desaconsejó esas apariciones, las consideró piantavotos.

Alguna dosis de suerte, hay que convenir, acompaña siempre al presidente. Primero fue la detención del escandaloso Medina. Esta vez el cristinista declarado, frustrado candidato en agosto y profesor universitario Aníbal Prina, autor confeso de los huevazos contra Macri en La Pampa, aportó otro balazo en el pie de la doctora.

Más la lectura de nuevas encuestas que reafirman la diferencia de 2 a 4 puntos en Buenos Aires (algunos exageran hasta 8 esa distancia) lo que para la mesa chica de Olivos probaría el éxito de la estrategia desplegada y que fue fácilmente visible en la recta final: Bullrich y González (no tanto Ocaña que tiene peso propio) desaparecieron de la campaña, o se escondieron en la foto detrás de Vidal, o la secundaron en el raid televisivo.

Ella es virtualmente la verdadera "candidata" llamada a vencer a Cristina, del mismo modo en que Macri acaparó la campaña también en el conurbano pero en general a nivel de la escena nacional con visitas a casi todos los distritos. Resumen: en el Gobierno aseguran que ganarán el domingo por mayor diferencia que en las PASO y que podrían arañar los 40 puntos, sumado a aquella casi certeza de la victoria bonaerense. Nadie canta victoria antes de tiempo, menos en política, pero el entusiasmo es notable y los números parecieran darles la razón.

Envalentonado, el Gobierno vía Rogelio Frigerio ya empezó a trajinar el celular para convocar a todos los gobernadores a una reunión amplia el 27 de octubre. La invitación será a todos, incluidos los menos conciliadores, o los que todavía permanecen cerca de Cristina, como Insfrán, Verna y Alicia.

Los discursos a favor de sentarse todos a explorar un acuerdo sobre temas centrales que se impondrán en la agenda para el año que viene, incluyendo las cruciales reformas laboral y tributaria, como los casos de Pichetto y Urtubey, permiten anticipar que por allí se abre la puerta para uno de los grandes entendimientos que reclama Macri, que por supuesto se sabe ganador y por tanto con mayor poder para sentarse a negociar. Descuenta que después del 10 de diciembre aumentara su tropa en el Congreso y le resultará menos traumático sacar las leyes fundamentales, o avanzar en acuerdos con sindicatos y empresarios por las leyes de ART y de Pymes.

Resulta paradójico en un escenario donde a veces, en estos dos primeros años, gobernar fue casi un parto, que la mayor disputa interna del oficialismo sea la discusión en torno a qué hacer con Cristina. O de qué modo operar según le convenga al presidente y a la gobernabilidad mantenerla "viva" o dejar que se desbarranque y pierda relevancia política. No es un dato menor y hasta los gobernadores peronistas mas dialoguistas lo saben o advierten la "trampa".

Con la doctora en el escenario, pese a su probable derrota del domingo, la tan mentada renovación peronista para intentar dar pelea en 2019, o en el siguiente turno, podría convertirse en otro parto. Claro, no para Macri, sino para los renovadores en ciernes. Peña dio una señal de hacia dónde quieren ir: dijo que Cristina es dueña de tres millones y pico de votos y que será difícil obviarla como "referente" de la principal oposición después de octubre. Más claro echarle agua.