Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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CFK impone el discurso mientras cubre la retirada

Scioli y Zannini saben que actuarán como segundones asumidos de la voluntad de Cristina de liderar la campaña.

“La doctora va a jugar con todo", dicen en un importante despacho de la Casa Rosada. Ese plan incluye dos líneas centrales: imponer su discurso y las modalidades que tendrá la campaña electoral hacia octubre con escala intermedia en las internas de agosto.

Es decir, la bajada de línea de lo que se dice, dónde y cuándo, le pertenece de manera exclusiva. Tiene un anexo, como se verá, que la obliga a algún que otro trabajito sucio para tirar lastre y acomodar la escena de cara a captar el voto independiente, sin el cual sus propios estrategas reconocen que es absolutamente impensado evitar una segunda vuelta en noviembre, no ya acariciar siquiera la quimera de un triunfo en primera vuelta.

La segunda fase de ese plan, en plena etapa de ejecución, es cubrir la retirada y aventar los malos pensamientos sobre un desembarco complicado una vez en el llano, en especial del lado de la Justicia.

Avanzada judicial

El desplazamiento claramente inconstitucional del juez José María Cabral de la Cámara de Casación Penal, y la designación de jueces y fiscales amigos que garantiza en el tiempo la continuidad de Alejandra Gils Carbó al frente de la Procuración, más las maniobras para llevar a la más amigable Santa Cruz las causas que obsesionan a la doctora y toda su familia, son una muestra acabada de hasta dónde piensa ir ella para desmalezar un camino que la encontrará a la intemperie, y sin fueros, después del 10 de diciembre.

La decisión de ponerse la campaña al hombro y de paso controlar de cerca que no haya desviación alguna por parte de quien en privado le promete a empresarios que si llega al Gobierno muchas cosas van a cambiar, es decir Daniel Osvaldo Scioli -un discurso que disimula muy bien en público con su ultracristinismo rabioso-, arrancó esta semana en La Pampa y continuará de aquí a agosto en varios puntos del país.

El gobernador, y en especial el aliado inconmovible que es Carlos Zannini, actuarán como segundones asumidos de ese escenario.

Sabe Zannini, y por si no lo sabía se lo dijeron a Scioli, que la campaña en ciernes es a su vez una despedida del cargo de Cristina, no del manejo del poder, y que ellos deberán escuchar cómo la doctora hace actos para hablar de sí misma, de su defensa a ultranza de un modelo que no deberá ser corregido ni con una coma.

Todo mezclado con la escandalosa utilización de la Cadena Nacional para lagrimear con renovados recuerdos a "él", obligados los ciudadanos a escuchar sin remedio las diatribas de La Cámpora hacia Mauricio Macri.

Los cánticos son "bajados" a los pibes por “Wado” De Pedro. Y apuntan justamente a la decisión de la jefa de profundizar la polarización extrema con el alcalde porteño. Plantar que en octubre sólo compiten dos modelos: el de ella, y el que impulsa la derecha macrista que va a reprivatizar Aerolíneas, eliminar la Asignación Universal por Hijo, pagarle a los fondos buitre, y otras plagas por el estilo.

Temblaría de furia la doctora si se enterase que el propio Scioli tiene un plan para pagarle a los buitres como forma ineludible para reconquistar la confianza externa, también para eliminar las retenciones con excepción de la soja, y una disminución gradual de los subsidios.

Manda el relato

Pero manda el relato y esas cosas, como arrojar por la borda el lastre que significaba el exjefe del Ejército César Milani, o dejar librado a su suerte a Amado Boudou para que probablemente vaya preso después del 10 de diciembre, se barren prolijamente bajo la alfombra.

No han resuelto un intríngulis que los atosiga: el espanto o el rechazo que tanto protagonismo de Cristina Fernández tiene o tendrá en aquel electorado no kirchnerista al que se intenta captar.

Y qué impacto en la misma dirección podría tener la inclusión de Máximo Kirchner como candidato a diputado por Santa Cruz.

Esa preocupación se topó esta semana con otra probanza para nada tranquilizadora que trajeron las encuestas: Zannini no le suma absolutamente nada a Scioli.

Por el contrario, podría restarle por su imagen de "monje negro" todo terreno de Néstor y Cristina, y el alto porcentaje de desconocimiento que tiene el nacido en Villa Nueva entre la gente común.

¿Serán esas dudas impensadas hasta no hace mucho las que le hicieron decir a Scioli en una reunión con empresarios bonaerenses que observa "muy difícil" un triunfo en primera vuelta, y que asume que "todo se resolverá en noviembre"?

A Cristina podría lloverle sobre mojado. Se filtró una conversación que mantuvieron este lunes en La Plata un par de altos funcionarios sciolistas con un grupo de dirigentes y allegados para analizar la interna por la sucesión entre las dos fórmulas del Frente para la Victoria.

A favor de Aníbal

Uno de esos altos funcionarios y estrecho colaborador del gobernador dijo que la doctora jugará "muy fuerte" a favor de la dupla Aníbal Fernández-Martín Sabbatella.

Y que, en cambio, el mandatario provincial tendría preferencia por la otra dupla, la que integran Julián Domínguez y Fernando Espinosa.

Dicen que ese binomio "representa más al peronismo" que el que encabeza el Jefe de Gabinete.

Agregan un dato que no es desconocido: los intendentes bonaerenses en su mayoría "odian" a Sabbatella, que siempre jugó contra ellos.

Y además, Scioli vería con agrado el "padrinazgo" que el Papa Francisco ejerce sobre el jefe de la Cámara de Diputados.

Por último, se mencionó en esa reunión que la presidenta le dio orden a La Cámpora de "no meterse" en esa interna.

Una novedad explosiva (¿una sola fórmula para agradar al Vaticano?) podría detonar antes de las PASO.