Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Una elección clave para un agosto cada vez más cerca

Mientras Macri saldría fortalecido hoy, CFK le prende velas a su "pollo" para que sea segundo.

Las elecciones internas que se realizan hoy en la Capital van a perfilar casi como ninguna otra de las que ya se han realizado en el arranque de las PASO, y de las que quedan por venir pero en distritos que no son tan relevantes -salvo el caso de Córdoba-, el escenario que viene de cara a la crucial jornada del 9 de agosto y de manera excluyente de quienes quedarán en pie para dar la gran pelea nacional por la presidencia.

En medio de una campaña como la porteña, que abusó de chicanas y recursos de baja estofa hasta en partidos presuntamente "jóvenes" y alejados de la "vieja política" como el caso de Pro, analistas y consultores han coincidido en algunos aspectos centrales de la escena electoral que quedará plantada a partir de mañana.

La primera de ellas es una verdad de Perogrullo: Mauricio Macri saldrá fortalecido y disparado más ágil que nunca hacia sus aspiraciones presidenciales, gane quien gane en la interna de su partido. Más allá de que para algunos observadores interesados y otros tantos políticos que se beneficiarían con una debacle del ingeniero, podría haber significado un riesgo el hecho de haber señalado con el dedo a Horacio Rodríguez Larreta. La verdad es que el argumento no se sostiene: Macri va a festejar del mismo modo tanto si triunfa su jefe de Gabinete como si la bendecida en las urnas es la senadora Gabriela Michetti.

Una segunda gran conclusión remite al gobierno de Cristina Fernández. En medio de esa ola triunfalista que se ha apoderado de la administración, de sus fanáticos y seguidores de toda laya, que les hace soñar con un triunfo en primera vuelta en octubre, se advierte que un segundo puesto en las internas porteñas de Mariano Recalde, el bendecido presidencial para intentar torcer el destino de derrota histórica en el distrito (el último en ganar allí fue Erman González, en 1993), supondría un espaldarazo a aquella impresión que revolean hora tras hora la doctora, Kicillof, el resto de la tropa y hasta el hoy más cristinista de los cristinistas recalcitrantes: Daniel Osvaldo Scioli.

Por el contrario, un tercer puesto del jefe de Aerolíneas y un ascenso a la condición de segunda fuerza en la ciudad del exministro K Martín Lousteau, lo que dejaría afuera del balotaje al Frente para la Victoria, sería una catástrofe y un sapo difícil de tragar. Es un escenario que no pocos consultores advierten como posible.

Salvo catástrofes impensadas, se puede afirmar que la pelea cada vez más cercana de cara a las PASO de agosto mostrará desde mañana casi la misma característica. Tal vez con pocos matices.

Macri, fortalecido en sus aspiraciones y reafirmando su actual primer puesto en las encuestas, a lo que podría sumarse el éxito de su alianza en Córdoba, que según sondeos por primera vez pone en duda la hegemonía del delasotismo en la provincia.

Scioli, reconcentrado en su ultracristinismo por conveniencia, que seguramente se va a subir al carro triunfal de Recalde si hoy lleva al FpV a la condición de segunda fuerza en la Ciudad, pero que no va a sufrir ningún costo extra si las cosas resultan de otra manera.

Massa deberá seguir remando para rearmar su estrategia, que por ahora lo relega lejos de esa pelea.

Aunque hay dos factores que algunos observadores reflejan como capaces de reponerlo en esa carrera que por ahora es entre dos, como el posible acuerdo amplio con el peronismo no kirchnerista con base en De la Sota y Adolfo Rodríguez Saá, y el impacto que tendría a nivel del peronismo en particular y de un sector social en general su aparente decisión ya tomada de llevar a Roberto Lavagna como candidato a vicepresidente, que anunciaría el primero de mayo.