Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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De dichos populares

Todos conocemos alguna oración popular, que en forma de gran verdad, viene a resumirnos y presentarnos una enseñanza escondida tras el disfraz de palabras que no expresan su sentido literal.

Los dichos o refranes se pasan de generación en generación, se resignifican y permanecen como herencia familiar y legado de origen, reflejo de modos de vida y costumbres de antaño.

La cocina, la bebida y la comida, han sido siempre una herramienta poderosa en este afán de ejemplificar con metáforas, pero, ¿de dónde vienen estos dichos que repetimos diariamente, qué significan? Algunos forman parte de la literatura e imaginario popular, otros provienen de historias curiosas y muchos inclusive derivan de procesos culinarios. Aquí dejo algunos que seguramente encontrarán familiares:

“La chancha y los veinte”

Expresión criolla que nació a fines del siglo pasado y denota a la persona codiciosa que busca obtener, no sólo lo justo sino mayores ventajas. Es condensación de otro dicho más largo, “el chancho, la chancha  y los veinte lechones”, que agrega al abuso, una exageración: la cría de una cerda a través de su vida fértil rara vez llega a la veintena. Por concisión, la idea quedó abreviada  en su forma actual: “Querer la chancha y los veinte…”.  Pero a la picardía popular no le pareció suficiente. Eran tiempos del auge de los frigoríficos y de la explotación de todo lo que se pudiera sacar de un animal. Así, se completa la frase en su máximo potencial “La chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos”. Ese agregado tecnológico eleva la rapacidad al colmo. Muestra el afán desaforado de quedarse con todo. Y con algo más, de ser posible.

“Dar gato por liebre”

Surge de la mala fama que tenían las fondas y posadas antiguas en la calidad de sus comidas. Era tanto el descrédito de estos lugares, que llego a hacerse usual entre los comensales la práctica de un conjuro, previo a la degustación, en el que los comensales, parados frente a la carne recién asada, recitaban: "si eres cabrito, mantente frito; si eres gato, salta al plato".

Esto dio origen a la expresión dar gato por liebre, que con el tiempo se incorporó al lenguaje popular como equivalente de engaño malicioso por el que se da una cosa de inferior calidad.

“Ni chicha ni limoná”

Equivale a decir no vale para nada, o cuando algo no es ni una cosa ni la otra. La chicha es una bebida alcohólica que resulta de la fermentación del maíz en agua azucarada. De este licor, muy común en Centroamérica y Sudamérica, nace el dicho "ni chicha ni limoná", es decir, que no hay o no quedan ni bebidas alcohólicas ni refrescantes.

Y me despido con una que se escucha en todos lados estos días.

“El horno no está para bollos”

Una frase que involucra el correcto proceso de cocción del pan. Alude a que una situación o una persona determinada no admite más tensión de la que tiene acumulada. Cuando un horno se calentó demasiado no es recomendable colocar en su interior los bollos para hacer un tipo especial de pan, pues la masa se quemará por fuera y el interior quedará crudo. Mejor esperar una ocasión mejor, esperemos sea pronto.