Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Él enseñó a sus hijos a enfrentarse a todo... menos a la vida real

El actor de “El Señor de los Anillos” es el protagonista de “Capitán Fantástico”, una comedia dramática que suena fuerte para los próximos premios Oscar.
Foto: Archivo La Nueva.

Ben (Viggo Mortensen) es padre de seis hijos. Durante diez años han vivido en los remotos bosques situados al noroeste del Pacífico, alejados de la civilización.

Ben ha criado a sus hijos en un ambiente de alta exigencia intelectual, rechazando todo contacto con el capitalismo. De hecho, la familia no celebra la Navidad, celebran el día de Noam Chomsky.

Pero tras un dramático suceso, la familia se ve obligada a salir de su refugio. Al abandonar su paraíso y volver a la civilización, esta peculiar familia deberá adaptarse a la sociedad moderna, cosa que no va a resultar nada sencillo.

Al respecto, Viggo Mortensen contó su experiencia sobre algunos temas que se plantean en el filme.

--¿Después de rodar esta película, que tiene un punto muy fuerte en el tema educación, cuál crees que sería el mejor método para educar a un hijo?

--Viggo Mortensen: No creo que haya ningún camino correcto; hay muchos caminos, dijo Matt Ross, el director. Todos tienen razón hasta cierto punto y todos están equivocados hasta cierto punto, como en el mundo real. No hay un padre perfecto, un abuelo perfecto ni un modelo perfecto de familia, y creo que eso se ve.

--La película llega a muchos límites, tanto físicos como emocionales, ¿fue un rodaje complicado?

--Viggo Mortensen: Cuando leí el guion y conocí a Matt, dije que era un guion muy bueno, de los mejores que he leído en muchos años, y el problema era cómo encontrar seis jóvenes actores capaces de decir estos diálogos, de hacer estas cosas, de parecer que entienden intelectualmente lo que tienen que hacer y decir, y después la entrega física y todo lo que conlleva.

Yo pensé que iba a ser difícil y que seguro que haríamos una buena película, porque era demasiado bueno el guión como para no hacerla, pero una película excelente, como creo que es, sólo era posible si encontraba seis genios, seis niños muy especiales cada uno. Me di cuenta en el tiempo de preparación, las semanas antes al primer día de rodaje, que sí, que iban a poder hacer de todo y me sorprendían cada día.

--El tema de la muerte aparece como el pretexto para criticar todos los pilares del mundo occidental.¿Es la respuesta a todos los temas que se tratan en la película?

--Yo creo que la muerte o cómo reaccionar a la muerte, y qué se hace con el muerto, es sólo una de las muchísimas maneras en la que discrepa el modelo familiar de Ben y sus seis hijos con otros modelos que vemos. No creo que la muerte sea el eje de la película. Si hay un eje, diría que es el amor por la madre, pero eso es algo que provoca el viaje, las diferencias de opinión con los abuelos, etc.

Los aportes del director

--Sobre la preparación de los personajes, usted aconsejó que no se usara el celular. ¿Ha trabajado con personas que llevan este tipo de vida?

--Matt Ross: Yo viví de una forma parecida cuando era niño, no exactamente así, pero sí tuve experiencias similares en el bosque con mi madre y mi hermano. Conozco a alguien que vive de esta forma ahora. Tras escribir el guion supe de su existencia por un amigo que me habló de él y tuve muchas conversaciones con él sobre cómo construyó su casa, cómo lidia con la comida, el agua, refugio, todo. Cuando comenzamos la producción investigamos mucho. También hablé mucho con Viggo sobre cómo mostrarlo, cómo hacerlo creíble.

Con los niños hicimos una especie de campamento militar antes de rodar, donde aprendieron un poco sobre supervivencia, a estar en la naturaleza, planes de alimentación, también hasta tuvieron que matar a una oveja para ver un poco cómo matas lo que luego te comes. Inmersión total. Aprendieron a tocar instrumentos, artes marciales, etc. Además les di unos libros, lo cual les enfadó porque era verano, que para ellos eran vacaciones, no querían estar leyendo libros.

(SenSacine, Blog de Cine y Clarín).