Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Los precios se adelantan al dólar

Con la certeza de que el cepo y los múltiples tipos de cambio tienen los días contados, los empresarios buscan adelantarse a lo que vendrá. Y sabiendo que el dólar no durará por muchos días más debajo de $ 10, ya venden pensando en el incremento que tendrá el costo de reposición de la mercadería.

Los aumentos estuvieron a la orden del día desde que finalizó el balotaje. YPF dio la campaña de largada: la petrolera subió 4,5% el precio de las naftas el lunes 23 a la mañana, horas después de la consagración de Macri. Si la empresa estatal aprovecha para hacer este maniobra, por qué no lo iba a hacer el resto.

Detrás de las remarcaciones de los últimos días hay una serie de razones, a saber:

? La expectativa de un dólar más alto aumenta el costo de reposición de los insumos para las empresas. Por lo tanto, ante la posibilidad de no poder reponer mercadería, las ventas en muchos casos se fijan a valores de $ 13 o más.

? La transición permite ciertos comportamientos que serían difíciles en otro momento. El gobierno actual ya bajó los brazos en materia de control inflacionario . Y al mismo tiempo, la futura administración no puede controlar lo que está sucediendo ahora, por lo que para los comercios, especialmente para los supermercados, ahora la política de precios se volvió “tierra de nadie”.

? El tercer motivo está vinculado con el primero, es decir la posibilidad cierta de un ajuste cambiario. Todo el mundo sabe que un dólar más elevado tendrá un impacto concreto en los precios. Aún cuando el traslado no resulte mayúsculo, no son pocos los que aprovechan para remarcar adelantándose al aumento de la cotización que se avecina. Es decir prefieren no esperar y actuar rápido, antes de empezar a recibir las presiones de la futura administración.

El primer desafío que tiene por delante el nuevo gobierno es explicar que la necesidad de sincerar el dólar y su efecto sobre la inflación no es responsabilidad de las decisiones que se adopten a partir del 10 de diciembre, sino de la herencia plagada de distorsiones y de agotamiento de stocks por parte del actual gobierno.

Por otra parte, el control de precios que implementó el kirchnerismo demostró ser absolutamente inútil. El gobierno saliente acumuló nueve años consecutivos de inflación al 25% ó más, con excepción de 2009 por causa de la recesión.

Conociendo este antecedente, está claro que la mejor forma de empezar a bajar la inflación es con un programa monetario serio que permita su reducción gradual, a partir de la menor emisión de pesos. Algo que intentó el extitular del BCRA, Juan Carlos Fábrega en 2014 pero que tuvo poco tiempo para mantener.