Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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La pelota siempre la maneja Román

Crack. En todo sentido.

Ni aún retirado, le pueden sacar la pelota. Cuando jugaba, la ponía bajo la suela. El pase impensado, la definición exquisita. Aquel caño a Yepes...

Crack. Tanto que el elogio surge de un anti Boca. Lo admito.

Crack a la hora de jugar. Y también cuando coloca la frase exacta, más allá de ese puñado de verbos y adjetivos que maneja, porque su caudal de vocabulario no es tan rico como su repertorio con la pelota. La pausa, la expresión justa. La estocada premeditada para quien le cuadre.

Juan Román Riquelme, una vez más, demostró que maneja los tiempos futboleros a su antojo. Como quiere. Hasta aparecer en el momento menos pensado...

* * *

"Afuera de la cancha deja mucho que desear".

Las declaraciones de Carlos Tevez criticando a Riquelme pocos días atrás se transformaron en una bomba para la vida del Mundo Boca. Que no explotó porque el xeneize, al final, terminó con todas las dudas, propias y ajenas. Hasta coronarse campeón.

Tras los dichos del Apache, Román, al principio, se llamó a silencio. Hasta que finalmente decidió romperlo.

"Lo único que puedo decir de Carlitos es que lo conozco de muy chiquito y es un buen chico. Nada más que eso. Casi no fui compañero de él en Boca. Lo tuve poquito tiempo", dijo el ex 10.

A la hora de evaluar la decisión de Tevez de emigrar a China, sentenció: "Ojalá esté disfrutando mucho donde está, que juegue muy bien".

Frente a la insistencia sobre la polémica que planteó Carlitos, Román fue tajante para concluir el tema ante la reaparición de la consulta: "No vi nada, Y de los comentarios yo no vivo".

No obstante, adoptó una postura tajante ante las críticas de Diego Maradona, quien nuevamente fue despectivo con el exastro boquense: "No me interesa lo que dice. Cambio de canal. Y mis amigos saben que no me pueden contar nada. Soy una persona honesta, no me interesa lo que él dice".

Román enfrenta el micrófono con tranquilidad pasmosa. La misma que mostraba dentro de la cancha. Sólo que ahora, en vez de con la pelota, juguetea con un mate.

Entonces, elogia a Guillermo Barros Schelotto, con quien, dicen, no tenía buena relación fuera del rectángulo de juego.

"Fue uno de los mejores jugadores de nuestro equipo en el `98. Recuerdo el famoso gol frente a Talleres, fue una maravilla. Era muy inteligente y vivo, hacía enojar a los rivales. Fui un afortunado de jugar con él".

Y por si hacia falta, tuvo un párrafo aparte sobre su acérrimo rival a la hora de liderar aquellos vestuarios plagados de gloria: Martín Palermo.

"Martín tiene mucho de culpa de que me quiera la gente. Ha hecho mil goles, nos ha ayudado muchísimo. Tuve la suerte de jugar con el último número 9, el mejor de los últimos 20 o 30 años del fútbol argentino. Teníamos ventaja", ponderó.

Lo dicho.

Un crack.

Que hacía lo que quería con la pelota.

Tanto como con los periodistas, a la hora de declarar.