Las impactantes ruinas son una experiencia única y conmovedora

Redacción de La Nueva.

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Este año, con el 30 aniversario de la inundación de la ex Villa Epecuén (que se cumplió el pasado 10 de noviembre) el sitio en el que se pueden ver los restos de lo que fue un exitoso balneario a pocos kilómetros de la ciudad de Carhué, volvió a cobrar protagonismo y se destacó especialmente por los trabajos de resguardo y recuperación de la memoria y de la historia que viene llevando a cabo la comuna.

En este sentido, en el último tiempo se colocaron placas identificatorias de las casas particulares de expropietarios y de los comercios pequeños de Epecuén, lo que permitirá a los turistas que lleguen desde todas partes del mundo conocer más sobre sbre este sigular episodio y sobre la vida de la villa durante su apogeo.

El increíble y único paisaje de casas derrumbadas, hierros corroídos y desolación, junto a las aguas curativas del lago Epecuén, es uno de los atractivos más importantes con que cuenta no solo la ciudad de Carhué, sino la provincia de Buenos Aires.

A ellas se accede luego de transitar 12 kilómetros, desde Carhué, y de tras transitar un camino único cercado por arboles petrificados por la sal. Las ruinas fueron declaradas sitio histórico, es por ello que cuentan con la protección del gobierno municipal, quien se encarga no solo de su cuidado, sino también de su explotación.

“Este verano los visitantes podrán conocer, a partir de la colocación de la nueva cartelería, qué familias vivieron en ciertas casas. Esto es en honor a la gente que perdió todo allí", dijo Nicolás López, director de Turismo de Adolfo Alsina.

En el recorrido por las ruinas ya es posible apreciar una serie de carteles con fotos, en los que se puede apreciar como era cada lugar antes de convertirse en un manojo de escombros.

El centro de interpretación

Funciona como museo de las ruinas de la ex villa turística, y está construido en uno de los pocos edificios que quedaron en pie luego de la tragedia. Situado en la ex terminal de trenes del lugar, se puede conocer la historia de la ciudad, desde su origen hasta que fue cubierta por el agua. Allí también hay un espacio donde la gente puede disfrutar de distintos documentales que cuentan la historia y los motivos de la tragedia que cubrió de agua la ciudad. Es de entrada libre y gratuita, ya que la entrada a las ruinas incluye la visita al museo.

El museo está abierto desde las 8 a 19. Los guías locales recomiendan ir al centro de interpretación primero y luego a las ruinas, ya que en dicho lugar el visitante puede tener un pantallazo de lo que verá más tarde.

"Este año restauramos y pintamos el Centro de Interpretación. Además, estamos sumando información de modo permanente", dijo López.

Todos estos trabajos se pudieron realizar gracias a que las ruinas fueron declaradas por la Cámara de Diputados bonaerense, el año pasado, como Monumento Histórico Provincial.

La iniciativa obligó al gobierno bonaerense a involucrarse con el cuidado y la preservación de las ruinas.

La ley contempla que la provincia incorpore al patrimonio cultural bonaerense las zonas del distrito de Adolfo Alsina -que permanecieron bajo las aguas- con la colocación de plaquetas y señalización, así como la confección y difusión de publicaciones que contengan referencias históricas del monumento.

Lo nuevo para disfrutar

Esta temporada, además de las placas identificatorias en los edificios de los exresidentes se pueden apreciar carteles indicativos del nombre de cada una de las calles que se recorren.

Asimismo, en la entrada se colocaron, al lado del portal de ingreso, las letras corpóreas que conforman la palabra Epecuén para que los turistas puedan sacarse fotos allí y tener una referencia del sitio.

En el ingreso a Epecuén el turista contará los fines de semana y feriados con una proveeduría sencilla de comidas rápidas, donde se podrán conseguir provisiones al paso.

Las ruinas tienen un halo único y original que impacta y que las hace inolvidables.