Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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La Superliga genera expectativas

Con la participación de Olimpo, el próximo viernes se pondrá en marcha otra temporada de la principal divisional del fútbol argentino. Como novedad saliente, desde ese día entrará en vigencia la Superliga, un modelo por el que varios clubes pelearon y que finalmente se aprobó luego de un año entero de innumerables idas y vueltas.

La Superliga se propone terminar con viejos vicios que, con el tiempo, se fueron acentuando. Por ejemplo, el endeudamiento por las nubes, los pagos postergados a los futbolistas y entidades al borde de la quiebra. Para lograrlo se necesita previsibilidad. Y eso es, justamente, lo que le proveerá el millonario contrato de la televisión firmado hasta 2022.

La organización funcionará con autoridades propias por fuera de la AFA, pero con estrechos vínculos con la dirigencia que encabeza el presidente Claudio “Chiqui” Tapia. Su CEO es Mariano Elizondo y está basada en el sistema que adoptaron España, Inglaterra, Italia y Alemania.

Sin el manejo de la Primera división, la AFA se ocupará de las categorías de ascenso más el Consejo Federal y la Selección. Pero la Superliga le pagará por los árbitros y el Tribunal de Disciplina que seguirán dependiendo de la órbita de la calle Viamonte.

El campeonato modificará levemente el formato con respecto al anterior. Serán todos contra todos en una sola rueda, con la intervención de 28 equipos. La “fecha de los clásicos” fue suprimida. Como se mencionó, empezará el 25 de agosto y finalizará el 13 de mayo de 2018, teniendo en cuenta la disputa del Mundial de Rusia. Se interrumpirá entre el 10 de diciembre y el 28 de enero.

El reparto del dinero es un tema que todavía no se definió. En principio tendría un orden piramidal. En la cima, River y Boca. En un segundo escalón San Lorenzo, Racing, Independiente y Vélez. En tercer término los otros 21 equipos menos los dos ascendidos, Argentinos y Chacarita, que se ubicarán en un cuarto nivel.

A las cuotas que abone la televisión, los clubes deberán descontarle las deudas que tengan con los planteles y con la AFA.

Sin embargo, a partir de la edición 2018-2019 se instrumentaría de otro modo. Sería el 50% en partes iguales para los 26 clubes que quedarán, 25% por mérito deportivo (deberá resolverse cuándo se tomará en cuenta) y 25% por share televisivo.

Para aplicar el tan comentado Fair play financiero, la Superliga cuenta en su estatuto con herramienta que le permitirá controlar la ejecución de los presupuestos de los clubes. En él se establecen multas y castigos para quienes se desvíen de los parámetros permitidos. Un gasto por encima de las posibilidades impactará hasta en la cancha, con pérdida de puntos incluida.

Finalmente, la transmisión de los partidos por TV será distinta. Tras romper el contrato con Fútbol Para Todos, se llegó a un acuerdo con las empresas Fox y Turner que firmaron un convenio por el que desembolsarán 1.000 mil millones de dólares.

Los 14 cotejos de cada jornada se dividirán en partes iguales y serán emitidos en Full HD en los canales Fox Sports Premium y TNT Sports. Hasta octubre por el sistema básico será gratis, pero desde allí habrá que abonar 300 pesos al paquete de cable para poder ver observarlo. El superclásico River-Boca, del 5 de noviembre, será el único, por ahora, que se verá en simultáneo.

Después de tantos desatinos, los cambios parecen haber llegado. ¿Se quedarán? Por el bien del fútbol argentino, sería lo mejor...