Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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¿“Romperse el traste” también para blanquear?

El presidente les pidió especialmente a los empresarios reunidos en un foro del sector que inviertan ahora para crear trabajo, pero el blanqueo sigue avanzando “de rodillas”.

José Calero

Agencia NA

La curiosa arenga lanzada por el presidente Mauricio Macri a los empresarios más poderosos, al pedirles "romperse el traste" para que la Argentina pueda crecer, debería tener, desde la óptica oficial, su correlato en el blanqueo de capitales.

"Ustedes tienen que dar el ejemplo, ser los primeros en plantear una agenda superadora. Llamémoslo competitividad, productividad o romperse el traste, como lo quieran decir. Este país crece en el trabajo de cada uno", dijo el mandatario.

Pero más allá de la heterodoxia del lenguaje usado por el jefe de Estado ante los empresarios del influyente Consejo Interamericano de Comercio y Producción -cuyo presidente, Adrián Werthein, transmitió un respaldo rotundo del establishment al modelo económico-, Macri apuntó a un punto neurálgico: la necesidad de que los hombres de negocios pongan el hombro en esta hora complicada.

El discurso de Werthein -quien escuchó a Macri con su antecesor, el dueño de Corporación América, Eduardo Eurnekian, sentado a su lado-, también dice mucho sobre el pensamiento del empresariado local.

Dijo que si bien la inversión extranjera es saludable, hace falta una "fuerte burguesía nacional, arraigada, comprometida y convergente con políticas públicas para lograr ese tan ansiado desarrollo".

Traducido: con el gobierno están sintonía, pero cuidado atención con encarar una apertura indiscriminada que pueda terminar destruyendo el esfuerzo del empresariado local.

Más allá de las entrelíneas, la sintonía entre los empresarios y Macri es total: "Somos sus aliados para generar empleo, luchar por la inclusión, velar por la vigencia de la República y asegurar que todos los ciudadanos tengan acceso a vivir dignamente", dijo Werthein.

Habrá que ver si esas palabras se traducen en hechos, porque el gobierno no solo aspira a que los dueños del dinero se "jueguen" con proyectos generadores de empleo que permitan aumentar la productividad del país, sino que también ingresen al circuito legal buena parte de los 400.000 millones de dólares que, estiman fuentes oficiales y privadas, están fuera del sistema.

Si Macri lograra ese ambicioso objetivo, el futuro de la Argentina, y el propio destino político del presidente -ya sugirió tempranamente la posibilidad de buscar la reelección- estaría casi asegurado.

El problema para el gobierno, y para la Argentina, es que el blanqueo todavía está "muy verde", como lo refleja la decisión de la AFIP de prorrogar el plazo para depositar billetes, que vencía inicialmente a fin de mes.

En el mercado creen que esa no será la última modificación a los plazos del blanqueo, y deberían esperarse nuevos cambios en las próximas semanas.

Mientras tanto, el jefe de la AFIP, Alberto Abad, alista a los sabuesos para presionar lo más posible a los contribuyentes.

En el mercado creen que el futuro político de Abad, un hombre de probada experiencia en temas fiscales, puede depender del resultado del blanqueo.

Abad, un funcionario que ha hecho de la mesura un credo, viene trabajando junto a un batallón de funcionarios de larga trayectoria en la AFIP en el desarrollo de sofisticados sistemas de software para construir tal vez la mayor base de datos de la historia argentina sobre los contribuyentes.

También se cerraron acuerdos con decenas de países para intercambiar información sobre bienes de argentinos en el exterior.