Críticas de la oposición a la postura oficial de atacar al fiscal Nisman

Redacción de La Nueva.

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Dirigentes opositores criticaron ayer una solicitada publicada por el gobierno sobre la causa AMIA, donde consideró que la denuncia del fiscal Nisman tuvo "un efecto político desestabilizador".

"El Poder Ejecutivo debe colaborar con la investigación de la muerte del fiscal Nisman en lugar de seguir agraviando a quien no puede defenderse", dijo el diputado y precandidato a jefe de Gobierno porteño Martín Lousteau.

El dirigente de la alianza porteña ECO advirtió: "Los argentinos ya sabemos que hay un valor que hemos decidido no resignar que es la democracia y por eso anunciar procesos desestabilizadores una vez a la semana, como lo hace el gobierno nacional, lejos de fortalecer al sistema, quita credibilidad a la palabra presidencial".

Según consideró, "el rol de Nisman como fiscal debe analizarse en los lugares que corresponda y en las instancias judiciales donde se desarrolló y uno puede tener una visión crítica, pero lo único que no puede discutirse es que murió en circunstancias que no han sido aclaradas.

"El rol de todo el sistema institucional debe ser poner luz y claridad donde hoy hay oscuridad", agregó.

Además, sostuvo que "hay mucha muerte sin aclarar en la Argentina como para que la Presidencia solo esté dedicada a transitar las miserias de la política".

A su vez, el diputado por el Frente Renovador Alberto Asseff aseguró que el gobierno expresa "muchas palabras", pero no da "certezas".

"Cuestiona al fiscal muerto que no puede responder y solo se basa en la veloz resolución del juez Rafecas. Para colmo, insiste con la aplicación del memorándum con Irán, declarado inconstitucional por nuestra Justicia y no ratificado por los persas", explicó Aseff.El gobierno de la República Argentina no descansa ni un minuto, cuando de atacar a quienes piensan diferente se trata. Es su ADN.

Ahora, a través de la solicitada, ataca -una vez más- al Poder Judicial en general y al fallecido fiscal Nisman en particular. Para el gobierno, toda persona que no aplauda rabiosamente cada una de sus acciones, que no siga a rajatabla cada sílaba de su "relato", o que, directamente, se atreva a intentar una crítica a su gestión, es etiquetado como desestabilizador, golpista, traidor, gorila, empleado de la embajada de EE.UU. o de los "medios concentrados".

El gobierno, cuando se siente que es atacado, se abroquela y contraataca. Envía a su vanguardia (por lo general, oscuros personajes sin el más mínimo escrúpulo, que hasta sus propios jefes suelen negar o ningunear) a decir cualquier disparate, sea por los medios de comunicación tradicionales, sea a través de redes sociales.

Después algún funcionario de segunda línea intenta explicar lo inexplicable, argumentando que lo que se dijo, en realidad, no quiso decirse ni es la opinión oficial, pero que, en el fondo, es verdad lo que se transmitió. Luego de este juego macabro de dimes y diretes, llegan finalmente la palabra oficial, los retos, los gritos, los deditos levantados desde los atriles oficiales, las solicitadas. Ahora le tocó al fiscal Alberto Nisman. Otra vez.

Un comunicado oficial lo ataca y lo denuesta. El ya no está para defenderse.

Pero el valiente gobierno nacional sigue atacando a un muerto, creyendo que su poder no solo es absoluto... También eterno y supraterrenal.

Marcelo Romero es fiscal de la provincia de Buenos Aires (en el Departamento Judicial de La Plata) y además es miembro de Usina de Justicia.