Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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La Cámpora presiona por Boudou

“La cabeza de Amado tiene plazo fijo: marzo del año que viene". Así de tajante fue la afirmación de un funcionario de la segunda línea del entorno presidencial, acerca de uno de los temas más comentados en los últimos días en los pasillos de Balcarce 50: el futuro del vicepresidente, a todas luces caído en desgracia hasta en los propios despachos de Cristina Fernández.

El cuestionado funcionario sería utilizado por el cristinismo duro, que hasta no hace mucho lo defendía de los ataques "de los monopolios mediáticos", como una suerte de "cabeza de turco" según las necesidades electorales del FpV. "En campaña electoral todas las herramientas políticas se usan", abundó el confidente. Y dio otro jugoso dato: dijo que Máximo Kirchner, metido de lleno en el armado de las candidaturas del oficialismo, ya le pidió a su madre la cabeza de Boudou.

Se dice que, de mínimo, en marzo, cuando arranca de lleno la campaña electoral, pedirá licencia. No se descarta su renuncia antes de eso si le cae algún procesamiento en una de la decena de causas en las que se lo investiga. Pero su suerte está echada.

Lo menos que se dice en la Casa Rosada es que La Cámpora está directamente detrás del objetivo de conseguir el desplazamiento de Boudou. La organización que responde al hijo de la presidenta, de cada vez mayor influencia en la gestión de gobierno pero también en cada detalle de las candidaturas para las elecciones del año que viene, supone que un derrape del ahora odiado exmilitante de la UCeDé puede aportar algunos puntos en las encuestas. Y están convencidos de que pueden mostrar ese gesto como un trofeo y no como una concesión al grueso de la oposición, que ha pedido un paso al costado de Boudou frente al cúmulo de causas por irregularidades y presuntos hechos de corrupción que investiga la Justicia.

Hay un rosario de gestos en los últimos tiempos que demuestran que si la presidente no decidió todavía soltarle la mano, al menos lo mandó ostensiblemente a cuarteles de invierno.

Uno de los últimos y más estentóreos ocurrió la semana pasada, en ocasión del acto para celebrar el Día de la Soberanía Nacional. Boudou habría llamado a Oscar Parrilli para preguntarle si debía representar a la presidenta en esa ceremonia, y "organizar el desplazamiento". "Vos no te movés del Senado", habría sido la cortante respuesta, según revelaron aquellos confidentes. El acto fue encabezado por Capitanich.

En esa misma clave se leyó ayer la inusual confesión del viceministro de Justicia, Julián Alvarez, uno de los integrantes del estado mayor de La Cámpora. En plena guerra mediática contra el juez Claudio Bonadío, el funcionario reconoció que "probablemente" el magistrado haya actuado correctamente al procesar al vice en la causa por los papeles truchos de un automóvil de su propiedad. "Yo no digo que está bien ni que está mal. Probablemente Boudou esté bien procesado, está bien que (Bonadío) haga todas las investigaciones que quiera", dijo textualmente.

La definición de Alvarez llegó justo después de otro fuerte malestar que provocó Amado: su foto en todos los diarios en pleno baile con un grupo de empleadas suyas del Senado, en las que aparece desenfrenado, sonriente y hasta con el clásico saludo con los dedos en V. Un gesto que, vale agregar, suele provocar urticaria en algunos peronistas, con Florencio Randazzo a la cabeza. "O es un pavote (sic) o le gusta mostrar que a él no le entran las balas", habría comentado el ministro.

En las últimas semanas, Boudou fue reemplazado en diversos actos que hasta no hace mucho solía encabezar en representación de Cristina. Alicia Kirchner, Agustín Rossi, Randazzo, entre otros, tuvieron que asumir ese rol por decisión presidencial. El más ostensible gesto de repudio fue bajarlo de la Cumbre del G-20 en Australia, adonde la doctora envió, costoso avión privado mediante, a Axel Kicillof y Héctor Timerman.