Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Palermo: un hombre atrincherado disparó contra la calle; no hubo heridos

Los primeros trascendidos dan cuenta que el agresor que protagonizó el hecho habría sido abandonado por su novia.

   Un hombre se atrincheró hoy en un departamento de la zona de Las Cañitas, en el barrio porteño de Palermo, desde el cual realizó varios disparos a la calle y edificios de la zona, y luego de dos horas de tensión se entregó a las autoridades.

   Fue luego que personal del grupo GEOF (Grupo Especial de Operaciones) subió al duodécimo piso del edificio ubicado en Luís María Campos 86 y logró reducir al iracundo sin que se sufrieran mayores consecuencias.

   El llamativo episodio alertó a vecinos del barrio de Palermo, quienes escucharon los disparos que el hombre, cuya identidad no trascendió, efectuó en su departamento y que hizo hacia edificios de la zona.

   Incluso, rápidamente circularon por las redes sociales y medios de comunicación imágenes del agresor, con un arma en su poder, así como el testimonio de vecinos que decían haber escuchado detonaciones.

   Los primeros trascendidos dan cuenta que el agresor que protagonizó el hecho habría sido abandonado por su novia, lo que pudo haber desencadenado el hecho.

   Según Gustavo, un vecino, dijo que a las 9.40 de la mañana desde su departamento vio como el agresor realizó varias denotaciones, y que lo veía "fumar" entre que entraba y salía a su balcón-terraza.

   Los efectivos de la Comisaría 31, que tiene jurisdicción en el lugar, junto con el Grupo GEOF acordonó la zona y pidió a los vecinos no salir a la calle y exponerse por cuestiones de seguridad, incluso desalojaron a los habitantes del piso 12 y el predio del Ejército Argentino, ubicado frente al lugar donde vive el agresor.

   También se hizo presente el titular del SAME, Alberto Crescenti, junto con 4 ambulancias y un grupo de psicólogos, ya que el vecino estaba fuera de sí.

   El grupo GEOF rodeó el edifico, desde el piso inferior y superior al que estaba ubicado el agresor, y desde la terraza del mismo desde donde tomaron contacto visual con el agresor, y se entabló una negociación.

   Tras dos horas de tensión, el vecino depuso su actitud, mostró los brazos en alto y se entregó. (NA)