Pulseada del gobierno con TFL
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La empresa TFL, propiedad del fondo de inversión Black Diamond, aseguró ayer que el ministerio de Industria "nunca respondió" a la presentación de un plan productivo alternativo y negó tener intenciones de "desestabilización".
Así, la empresa cruzó a la ministra de Industria, Débora Giorgi, quien el miércoles último le advirtió que no permitirá que se retire del país "sin cumplir con todas las cuestiones vinculadas a los derechos de los trabajadores" y cuestionó con dureza al sindicato que representa a los operarios del sector.
La firma TFL, fabricante de colorantes y engrasantes para la industria del cuero, atraviesa una crisis con sus empleados después de anunciar una reestructuración en -el marco de un proceso a nivel global- que contemplaría el despido de 120 empleados.
El gremio lanzó un "paro solidario" que mantiene frenado el pago de las indemnizaciones y perjudica a otras 30 empresas del Polo Petroquímico, donde no hay problemas laborales.
El conflicto paraliza así al polo petroquímico de Zárate, Campana y Baradero, en la provincia de Buenos Aires, y Gualeguaychú y Larroque, en la provincia de Entre Ríos, debido a una huelga por tiempo indeterminado.
El paro fue dispuesto por el Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de Zárate, a raíz del retiro de la empresa de las negociaciones que venían manteniendo junto con autoridades de los ministerios de Trabajo y de Industria de la Nación.
"Los trabajadores de TFL aceptaron su indemnización. El paro solidario afecta a empresas donde no hay problemas laborales, tienen que seguir trabajando, porque sino se produce desestabilización: la amenaza de desabastecimiento a industrias que dependen de la petroquímica, como la sanitaria y la de la alimentación", dijo Giorgi.
Fuentes de la compañía desmintieron cualquier intención de "desestabilización financiera" y afirmaron que "TFL siempre se ha ajustado a derecho y a las leyes laborales existentes en el país".