Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Rousseff respeta el derecho a la protesta en Brasil

Llevando tranquilidad, la presidenta brasileña aseguró que el cacerolazo que se escuchó en diversas ciudades de la nación forma parte de la democracia. Agencia Télam
La populosa San Pablo, epicentro de una de las marchas.

BRASILIA - La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró ayer que su gobierno respeta las manifestaciones libres.

Sobre el particular, sostuvo que el cacerolazo que se escuchó en diversas ciudades a lo largo y ancho el país, mientras se emitía por televisión un programa del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), forma parte de la democracia.

"Veo eso de la misma forma que veo cualquier otra manifestación", aseveró la jefe de Estado tras un acto público celebrado en el palacio presidencial de Planalto, en Brasilia.

Según su opinión, el ejercicio del derecho a la protesta es normal en el coloso sudamericano a diferencia de otras naciones, en los que manifestaciones con cacerolas o de otras maneras no son consideradas normales.

Como sostuvo en ocasión de otras protestas realizadas contra su Poder Ejecutivo, insistió en que se debe respetar siempre la manifestación libre de las personas, que fue conquistada a duras penas por la sociedad brasileña.

Cacerolas y bocinas sonaron en las principales ciudades brasileñas y, en especial, en Río de Janeiro, San Pablo, Brasilia, Belo Horizonte, Recife y Porto Alegre.

Durante las protestas también se escucharon gritos pidiendo la salida del PT del poder y la renuncia o la destitución de la propia Rousseff, así como otros que tildaban de ladrón al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, antecesor y padrino político de la actual mandataria.

Las protestas también fueron alimentadas por el escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, que salpicó a medio centenar de políticos.