Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

Francia: el copiloto del avión que se estrelló tenía una baja médica y se lo ocultó a la empresa

Estaban "rotas, actuales e incluso vigentes para el día de los hechos".
Foto: bild.de

   Andreas Lubitz, el copiloto que presuntamente estrelló de forma deliberada el avión de Germanwings, tenía una baja médica por enfermedad vigente para el día de la catástrofe, que había roto y ocultado a la empresa, informó hoy la fiscalía de Düsseldorf (oeste de Alemania).

   Fuentes de la fiscalía negaron, en cambio, que en los registros realizados en su domicilio se hubiera encontrado una carta de despedida "ni indicios que apunten a un trasfondo político o religioso" para su proceder.

   Sí se encontraron, según un comunicado emitido hoy por ese departamento, documentos que demuestran que estaba en tratamiento médico.

   El hecho de que entre los documentos encontrados hubiera "bajas médicas rotas, actuales e incluso vigentes para el día de los hechos" indica que el afectado "ocultó a su empleador y a su entorno profesional" su enfermedad.

   La fiscalía alemana salió asimismo al paso en ese comunicado de las informaciones, difundidas en medios británicos, según las cuales en los registros realizados ayer en la casa de sus padres, en la localidad de Montabaur, o en su apartamento de Düsseldorf, se hubiera encontrado una carta de despedida.

   En el mismo texto se hace hincapié en que el análisis del material incautado puede llevar aún días y que, en cuanto haya resultados, se informará debidamente tanto a la opinión pública como a los afectados y a las autoridades francesas que dirigen la investigación.

Sufría depresión

   Hasta ahora, se sabía que el copiloto de Germanwings, Andreas Lubitz, había interrumpido durante unos meses, en 2009, su formación y se había especulado sobre una posible depresión.

   El popular diario Bild aseguraba en su edición de hoy, citando al "entorno de Lufthansa", que el copiloto había sufrido "episodios de profunda depresión" y que atravesaba una crisis de pareja.

   El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, informó ayer de la interrupción de ese periodo de formación, pero rehuyó concretar a qué se debió, ateniéndose a que está bajo la prerrogativa de la confidencialidad médica.

   El copiloto causante de la tragedia en el vuelo 4U 9525, procedente de Barcelona y con destino Düsseldorf con 150 personas a bordo, empezó su aprendizaje a los 14 años en un club de aviación local e ingresó en la escuela de Bremen de Lufthansa en 2007.

   En 2009 se produjo la interrupción por unos meses de la formación, que reanudó con posterioridad hasta ingresar en Germanwings, filial de bajo coste de Lufthansa, en 2013.

   Spohr insistió ayer en que, tanto al ingresar en la escuela como al reanudar y completar su instrucción, pasó los más rigurosos exámenes, tanto físicos como mentales.

   Lubitz, de 27 años, vivía entre su domicilio familiar de Montabaur, en el "Land" de Renania Palatinado, y su vivienda privada en Düsseldorf, en el vecino de Renania del Norte-Westfalia.

   Ambos domicilios, el familiar y el propio, fueron ayer objeto de largos registros policiales, en que se incautó abundante material, inclusive una torre de ordenador y objetos privados, aunque hasta ahora no había información oficial al respecto.durante un periodo relativamente largo su formación en la escuela aérea de Lufthansa fue reconocido ayer por el presidente de la compañía, Carsten Spohr.

   El propio Spohr rehuyó, sin embargo, concretar a qué se debió esta interrupción, ateniéndose a que está bajo la prerrogativa de la confidencialidad médica.

   Esto desató rápidamente las especulaciones en distintos medios, tanto de la prensa popular como de los medios más serios, apuntando a una depresión o "burnout", el síndrome del 'quemado' por estrés laboral. (EFE) 

La presencia siempre de dos personas en cabina, primera reacción al desastre 

   La conmoción por la catástrofe del Airbus A320, aparentemente causada de forma voluntaria por el copiloto, ha llevado a una reacción en cadena de las aerolíneas: la obligación de que haya siempre al menos dos personas en la cabina.

   Mientras los gendarmes trabajan por recuperar la segunda caja negra -que debería eliminar las dudas que quedan sobre la secuencia de los hechos-, las compañías aéreas parecen dar por buenos los primeros indicios y se han apresurado a reformar sus normativas internas.

   El paso definitivo lo dio a media tarde la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) al emitir una "recomendación provisional" a las autoridades nacionales y a las aerolíneas para que siempre haya "al menos dos personas autorizadas" en las cabinas de vuelo.

   La agencia lanzó su aviso tras consultar a los estados miembros, con las primeras conclusiones en la mano acerca del avión de Germanwings que se estrelló el martes en los Alpes franceses cuando el copiloto, Andreas Lubitz, de 27 años, se encontraba solo en la cabina.

  El organismo europeo, con sede en Colonia, aconsejó a los operadores evaluar las medidas de seguridad en caso de que uno de los ocupantes de la cabina la abandone "por necesidades operativas o fisiológicas durante las fases no críticas del vuelo", es decir, fuera del aterrizaje o el despegue.

   La EASA abre la puerta a "otras medidas equivalentes para minimizar riesgos", sin concretar cuáles, en caso de que uno de los pilotos deba dejar su puesto. (EFE)