Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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La marcha de la bronca ya excede los límites de Ferguson en EE.UU.

Las protestas se extendieron por todo el país, mientras el presidente Barack Obama condenó el uso de la violencia. En tanto, el policía acusado de asesinar al joven negro manifestó que tiene la conciencia limpia.
Las protestas tuvieron como epicentro, en Estados Unidos, el condado de Sain Louis, al que pertenece la localidad de Ferguson.

Estados Unidos sigue sacudido por el fallo que exoneró a un policía que mató a un joven negro en Ferguson, que vivió más disturbios, mientras manifestantes indignados denunciaban la discriminación racial por todo el país.

Un total de 44 personas fueron detenidas anoche informó Jon Belmar, jefe de la policía del condado de Saint Louis, al que pertenece Ferguson.

Los manifestantes rompieron vidrios de la alcaldía, incendiaron un auto de policía y lanzaron piedras y un cóctel molotov.

Ante la comisaría, un grupo de exaltados manifestantes sostenía pancartas con mensajes de todo tipo.

En uno de ellos rezaba: "no nos harán callar", mientras la policía local -apoyada debidamente por la Guardia Nacional- trataba de contenerlos.

El contingente desplegado en Ferguson por la mentada guardia fue literalmente triplicado.

De hecho, 2.200 efectivos de aquella fuerza -conformada especialmente por militares de la reserva y que se utiliza para contener emergencias- patrullan ahora en Ferguson.

En la vecina ciudad de Saint Louis (2,6 millones de habitantes), los manifestantes hasta quemaron un automóvil.

Las protestas se extendieron por todo el país, mientras el presidente Barack Obama condenó el uso de violencia.

"Incendiar edificios, prender fuego a automóviles, destruir bienes, poner gente en peligro, no hay excusa para eso. Son actos criminales", precisó Barack Obama en una conferencia realizada en Chicago.

Según balances de prensa, las protestas se registraron en más de 170 ciudades de 37 estados.

El detonante fue la decisión de un jurado que el lunes concluyó que el policía Darren Wilson actúo en legítima defensa cuando el 9 de agosto pasado disparó repetidamente y mató a Michael Brown, un muchacho negro de 18 años y 1,90 de estatura, luego de un altercado entre ambos.

En varias ciudades

En Nueva York, varias personas fueron detenidas por bloquear el tráfico, un método de protesta que se repitió en muchas ciudades, aunque sin llegar, claro, a la violencia que tuvieron las manifestaciones desplegadas en Ferguson.

Los Angeles, Filadelfia, Boston, Washington, Atlanta y Seattle, entre otras grandes urbes del país, también fueron escenario de movilizaciones.

Mientras tanto en Cleveland, se llevó a cabo una marcha de protesta por la muerte de un niño negro de 12 años, abatido el fin de semana por un policía cuando manipulaba un arma de juguete.

Benjamin Crump, abogado de la familia de Brown lamentó que en cualquier lugar de Estados Unidos, los jóvenes negros sean asesinados por policías.

Por su parte, el policía Darren Wilson rompió finalmente su silencio (ver aparte).

El uniformado concedió una entrevista a la cadena ABC en la que expresó que a pesar de lo complejo del hecho tiene la conciencia tranquila y afirmó que habría hecho lo mismo si se hubiese tratado de un joven blanco.

Pero los padres de Brown avisaron que no creían ni una palabra del relato del agente.