Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Nate se debilitó y pasó a ser tormenta tropical

El huracán perdió fuerza en Estados Unidos luego de dejar alrededor de 30 muertos en Centroamérica.
Las inundaciones afectaron a Alabama y Misisipi.

Agencia EFE

Nate se debilitó ayer tras tocar tierra en el sur de Estados Unidos y ya es una depresión tropical que todavía genera fuertes lluvias en Luisiana, Alabama y Misisipi, aunque no daños materiales de consideración, y tras ocasionar cerca de una treintena de muertos en Centroamérica.

De acuerdo al último boletín del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EE.UU., Nate se desplaza sobre el suelo de Alabama con vientos máximos sostenidos de 55 kilómetros por hora, con ráfagas más altas, y proseguirá su trayectoria hacia el noreste, rumbo a Kentucky y Virginia Occidental.

Nate tocó tierra en Estados Unidos la noche del sábado, en la desembocadura del río Misisipi, en el sur del país, como un huracán de categoría 1, con vientos máximos sostenidos de casi 140 kilómetros por hora y poco después, antes de la medianoche, de nuevo en Biloxi, en el estado de Misisipi.

La llegada a tierra del ciclón, que tras Harvey e Irma es el tercero que alcanza suelo estadounidense en la actual temporada ciclónica en el Atlántico, provocó inundaciones y supuso la pérdida de energía en varias partes de la costa de EE.UU. del Golfo de México, pero no representó un daño catastrófico como ocurrió con los otros huracanes.

Más de 100.000 hogares y oficinas se hallaban sin energía por el paso de Nate, principalmente en Alabama y Misisipi, y algunas imágenes de televisión mostraban inundaciones, como la ocurrida en un casino de Biloxi.

Las autoridades estatales de Misisipi, Alabama y Luisiana no informaron daños mayores en inmuebles e infraestructura ni muertes por el paso de Nate, que se espera se disipe entre hoy y mañana.

Tras cruzar Biloxi el ciclón, el primero que toca tierra en Misisipi desde el mortal huracán Katrina en 2005, no se observaron un daños devastadores en el área, lo que alivióa las autoridades locales, aunque la carretera 90 se halla con escombros y ramas caídas.

“Estábamos muy conscientes de que esto podría haber sido una tormenta mucho más grave. Se hablaba de que sería de categoría 2 con un aumento de marea de 3,3 metros cuando llegara a tierra”, señaló Vincent Creel, el portavoz de la ciudad.

Aún cuando las peores previsiones respecto de este ciclón no se cumplieron, el presidente estadounidense, Donald Trump, firmó ayer una declaración de emergencia para Alabama y Florida, que se sumó a la que suscribió el sábado para Luisiana, y que permite la asistencia de agencias federales en ambos estados.

En Alabama, el alcalde de la isla Dauphin, en la costa del Golfo de México, informó de “significativas inundaciones” como consecuencia de la subida del mar, lo que afectó a algunas casas y automóviles, pero dijo que no se han registrado llamadas de residentes pidiendo ayuda.

Las autoridades de Nueva Orleans, en Luisiana, donde se temía que el paso de Nate afectara el sistema de bombeo de agua y drenaje, no registraron mayores daños en vista de que el huracán finalmente pasó al este de la ciudad, donde se había impuesto un toque de queda para la noche del sábado y que fue levantado cuando el ciclón se alejó.