Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Donald Trump llegó a los 100 días a base de impulsos y ego

El presidente estadounidense alcanzó esa marca simbólica con una gestión que también tiene un efecto preocupante para los inmigrantes, que ahora viven con la amenaza de la deportación.
Egocéntrico y visceral, así califican en Estados Unidos a su presidente Donald Trump.

Agencia EFE

Las formas cuentan tanto como el fondo en la Casa Blanca de Donald Trump, un presidente impulsivo, egocéntrico y visceral que ha roto las convenciones del “carácter presidencial” y ha generado un pulso entre su peculiar idiosincrasia y las arraigadas normas del sistema de Gobierno de Estados Unidos.

Trump no es el primer presidente de Estados Unidos que ha sacudido las convenciones con su personalidad arrolladora, volátil y narcisista, sus toques de paranoia y sus tendencias vengativas: muchas de esas cualidades se atribuyeron al demócrata Lyndon Johnson (1963-1969) y al republicano Richard Nixon (1969-1974).

Pero el carácter de Trump, que ayer cumplió cien días en el poder, “no tiene comparación posible con ningún otro presidente de la historia moderna”, según Patrick Maney, un historiador de la universidad Boston College experto en la Presidencia.

“Ni Johnson ni Nixon permitían que su volatilidad personal afectara a su actuación pública tanto como lo hace Trump”, dijo Maney.

“Trump gobierna por impulsos y emoción, a menudo sin importarle las consecuencias”, agregó el profesor.

Mientras que Nixon se contenía en público y se “desataba” en privado, algunos de quienes se han reunido con Trump fuera de los focos aseguran que se mostró “razonable y dispuesto a escuchar”, recordó Maney.

Otra diferencia clave, según el historiador político Julian Zelizer, es que Nixon “entendía más el sentido de las normas políticas y estaba dispuesto a adaptarse a ellas”.

“Trump, en cambio, muestra estas partes oscuras de su personalidad sin ningún sentido de precaución”, indicó Zelizer, que es profesor en la Universidad de Princeton.

Nada de esto sorprende a Gwenda Blair, autora de una biografía sobre Trump, que ha estudiado su carrera como magnate inmobiliario y no ve cambios en su carácter desde que llegó a la Casa Blanca.

“Está siendo completamente coherente con como era antes”, aseguró Blair, que es profesora de periodismo en la Universidad de Columbia y escribió “The Trumps” (2001), una biografía que cubre la vida de Trump, la de su padre y la de su abuelo.

El egocentrismo de Trump es tan notorio que, en febrero, una treintena de psicólogos y psiquiatras advirtieron en una carta que era “incapaz de trabajar como presidente de forma segura” para el país, aunque sin llegar a atribuirle ninguna patología.