El ajedrez, esa materia distinta
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Un proyecto de ley en el senado de la Nación busca impulsar el dictado del ajedrez en las escuelas primarias y secundarias del país, una idea que no es nueva, implementada en varias provincias y que mantiene un modelo por demás interesante en nuestra ciudad.
Bahía Blanca siempre ha tenido una estrecha relación con el denominado juego-ciencia.
Existen antecedentes, tanto de carácter informal como formal, de su enseñanza o práctica en las escuelas, tanto como materia curricular como a través de talleres o asignaturas optativas.
De hecho, el primer ministro de educación que tuvo la provincia de Buenos Aires, a fines de la década del 40, fue un bahiense, el abogado Julio César Avanza, destacado ajedrecista que se encargó de implementar la práctica del juego en las escuelas, con una alentadora respuesta por parte de docentes y alumnos.
El ajedrez, juego milenario y cargado de tradición, tiene la particularidad de favorecer muchas cualidades, por caso la concentración, el poder de razonamiento, la creatividad. Es sociabilizante y, se dice, enseña a tomar decisiones y hacerse cargo de sus consecuencias.
El comité olímpico internacional lo considera, además de un juego, un deporte, ya que la actividad que exige al cerebro es aceptado como física, al tiempo de ser una práctica que se desarrolla bajo determinadas reglas y tiene competencias debidamente fiscalizadas.
En nuestra ciudad, un caso simple de analizar es el de la escuela de ciclo básico -11 de abril 445- que tiene al ajedrez como materia de la currícula en jardín de infantes y primaria, además de dictarlo -en la modalidad taller- en los últimos años de ese nivel.
La respuesta de los alumnos -al decir de los directivos del establecimiento- es extraordinaria, tanto por el interés que manifiestan como por el avance que van teniendo de sus capacidades cognitivas. “En el primer año del jardín ya están en condiciones de jugar sus propias partidas”, señaló Federico Molero, docente.
Siendo una materia que no exige una inversión importante, aparece como interesante la propuesta y, en tiempos en que los juegos electrónicos parecen arrasar con el gusto de los más jóvenes, el ajedrez podría ser una llave que abra capacidades que favorezcan la educación y formación de los estudiantes.