Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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El arte, con muy buen aire

Una inversión de 1,35 millones de dólares permitirá mejorar las condiciones del ambiente en el cual se ubica el mural “La última cena”, realizado por el genial artista Leonardo da Vinci hace 520 años en una de las paredes del monasterio Santa María delle Grazie, en Milán, Italia.

Acaso tan famosa como su cuadro “La Gioconda”, que se conserva en el museo del Louvre, en París, Leonardo realizó esta pintura a pedido del duque Ludovico Sforza, ocupando una de las paredes del refectorio del monasterio. A diferencia de otros trabajos similares, en los que utilizó la técnica del fresco, el artista ensayó otra modalidad, la cual no dio los resultados esperados.

De allí que la pintura haya sido restaurada en varias ocasiones e incluso haya perdido parte de sus colores originales, y que muchas de sus figuras se encuentren afectadas por desprendimientos y la pérdida de colores originales.

A diferencia de la mencionada “Gioconda”, que mide modestos 77 x 55 centímetros, “La última cena” ocupa 40,48 metros cuadrados.

La escena está inspirada en el Nuevo Testamento, particularmente en Juan 13:21, y refleja el momento en que Jesús anticipa a sus doce apóstoles que “uno de ellos lo traicionará”, con lo cual refleja la tensión de ese momento, muestra, al decir del propio Leonardo, “los movimientos del alma” en cada rostro.

Hace algunos años la película El Código Da Vinci, basada en la novela de Don Brown de 2003, reavivó una vieja discusión acerca de la persona ubicada a la derecha de Cristo -Leonardo dijo que se trataba de Juan-, sobre la cual muchos sugieren que en realidad es María Magdalena, discípula del Cristo, presente en su crucifixión y la primera en verlo resucitado.

Más allá de estos detalles, lo cierto es que ahora se destinarán dos millones de dólares para mejorar las condiciones del aire de la sala donde se ubica la obra, a la cual concurren 400 mil personas cada año, para estar no más de 10 minutos ante la obra.

Esa intervención garantizará que por otros 500 años la obra pueda admirarse sin mayores cambios.

El mensaje, adicional, es ver cómo el mundo busca cuidar y preservar el legado artístico de personas que han logrado trasmitir emociones y sensaciones que, se asegura, también ayudan a hacer un mundo mejor.