Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Accidentes en las rutas argentinas

El año ha comenzado con las habituales noticias sobre accidentes de tránsito en rutas de la ciudad y la región, la mayoría de ellas con víctimas fatales, incluso en caminos donde el volumen de tránsito no es necesariamente tan elevado como para presumir que esos hechos resulten inevitables.

De acuerdo a ONGs que elaboran estadísticas sobre el tema, en 2016 murieron 7.268 personas en rutas del país, el 30 por ciento de las mismas --2.211-- en la provincia de Buenos Aires. En segundo lugar se ubica Santa Fe, con el 10,12%, y en tercero Córdoba, con el 5,71%.

Estadísticas publicadas en portales internacionales ubican a nuestro país en el puesto 105 por la cantidad de muertes en ruta, con 13,11 cada 100 mil habitantes. Uno de esos listados tiene en sus extremos a Irán, con 43,54 muertes, y a Suecia, con apenas 2,36.

La cantidad de muertos por accidentes de tránsito es la 13ª causa de muerte en la Argentina, en un orden que tiene en primer lugar a fallas del corazón.

Para tomar cuenta de lo significativo de la cantidad de muertos en accidentes de tránsito, equivale a tener, cada mes, tres tragedias como la ocurrida en el boliche Cromagnon en 2004, donde murieron 194 personas. El total de fallecidos en 2016 representa once veces la cantidad de muertos en la Guerra de Malvinas.

La característica que tiene esta causa de muerte es diferente a cualquier otra, ya que en un porcentaje superior al 90% se debe a conductas inadecuadas por parte de los conductores, que se distraen, no cumplen con las leyes de tránsito, realizan maniobras arriesgadas o marchan a velocidades elevadas.

Vale decir que muchas de estas muertes son evitables. Ocurren por decisiones incorrectas o apresuradas, por distracciones. Por no terminar nunca de darle a las rutas el respeto que merecen y asumir que un vehículo exige un adecuado grado de responsabilidad.

Se puede mencionar que muchas rutas no se encuentran en el estado adecuado y que eso también conspira para que haya accidentes. La responsabilidad del Estado no se puede ignorar.

Pero los conductores deben ser contestes con esa situación y mantener comportamientos adecuados. Son muchas las muertes que se podrían evitar.