Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Los conductores, en el banquillo

Casi 250 accidentes de tránsito registró enero, de acuerdo con la estadística que lleva adelante el municipio, a partir de los datos que obtiene por los llamados al 911.

son 9 casos más que los contabilizados en igual mes del año anterior. El 50 por ciento del total exigió una intervención médica, sea en el lugar del hecho o con derivaciones a hospitales.

La primera lectura que puede hacerse de esta cantidad es que de poco ha servido la instrumentación del programa de movilidad sostenible implementado por el municipio hace más de un año, uno de cuyos objetivos más destacados era, precisamente, lograr una baja significativa en la cantidad de accidentes.

De allí, entonces, la importancia de mantener el monitoreo de ese plan, atendiendo a que si las medidas y modificaciones planteadas no generaron mejoras, es necesario readecuarlas o buscar nuevas herramientas que atiendan las causas por las cuales siguen sucediendo este tipo de hechos, cada día, cada hora.

Si bien es imposible pensar en la posibilidad de “accidentes cero” en una ciudad que ha incrementado de manera exponencial su parque automotor -el cual incluye vehículos particulares, ómnibus, motos y bicicletas-, circulando por el mismo trazado de cuando ese volumen era poco menos que inexistente, y con una mala conducta general en cuanto al respeto de quienes manejan por las reglas de tránsito.

Nadie puede ignorar -lo mencionan también las estadísticas del municipio- el pésimo comportamiento de los conductores bahienses, que cada semana se encargan de sumar infracciones para llegar, en el año 2015, a las 35 mil actas labradas por distintas faltas.

La costumbre de hablar por celular mientras se conduce sigue constante, sin que nadie parezca convencido de la negligencia que significa esa práctica.

También se verifica poco respeto por los semáforos, una alarmante costumbre de estacionar en lugares prohibidos -doble fila, ochava, espacios reservados- y, acaso la más severa y que menos se pena, la de exceder la velocidad máxima permitida para el radio urbano.

Si se respetaran esos topes, si se atendieran los carteles de “pare” y la prioridad peatonal, se estaría en una situación mucho más favorable.

No habrá cambios si no se maneja con responsabilidad, cordura y sentido moral.