Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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En busca de un tránsito mejor

Luego de un año de mantener el mismo precio, el Concejo Deliberante aprobó la propuesta del Departamento Ejecutivo de ajustar la tarifa del estacionamiento medido en un 50 por ciento en las cuadras que rodean a la plaza Rivadavia, y del 45 por ciento en otras calles del microcentro.

De esta manera, habrá que pagar entre 11 y 13 pesos por la primera hora que se deje el vehículo en la vía pública, la mitad de lo que cuesta un estacionamiento privado.

Al igual que pasó con el recientemente aprobado aumento del pasaje de ómnibus, la (mala) costumbre de esperar un año para actualizar los precios en una economía donde todo aumenta semana a semana, con una inflación que no termina de desacelerarse, genera la sensación de estar frente a un “tarifazo” que escapa de toda lógica.

Lo cierto es que, en una ciudad donde el parque automotor ha crecido en la última década de manera extraordinaria, estacionar se ha convertido en una de las dificultades más comunes para quienes llegan al microcentro, espacio donde “ocurren todas las cosas” y que no deja demasiadas alternativas a la hora de decidir dónde completar trámites, gestiones o compras.

La idea del municipio de que incrementar la tarifa permitirá modificar la costumbre de utilizar los vehículos para llegar al centro es poco menos que una utopía.

Ese cambio cultural se logra a partir de campañas a largo plazo, de generar un servicio de transporte urbano de calidad que no deje lugar a dudas de su conveniencia, y de superar la obvia comodidad que significa para los bahienses recurrir a sus propios medios para trasladarse.

La estrategia de destinar un porcentaje de la recaudación de los parquímetros a subsidiar el boleto no es inadecuada. En lugar de recurrir a los impuestos de todos, se recurre a los de aquellos que hacen uso de la vía pública para dejar sus vehículos.

Tampoco es cuestionable, por cierto, que parte de la recaudación se entregue a entidades de bien público.

Pero es poco probable que se genere un cambio en la cantidad de coches que cada día llegan al centro, situación que se demuestra por la proliferación nuevos estacionamientos, cuya ocupación es completa la mayor parte del día.

El automóvil es parte de la vida moderna y salvo medidas extremas -prohibir su ingreso al microcentro-, seguirá exigiendo respuestas realistas y efectivas.