Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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La ciudad de los platos voladores

Una nota publicada por este diario en su edición de 3 de este mes dio cuenta de que la Central de Inteligencia de los Estados Unidos, la mítica CIA, desclasificó un conjunto de 243 carpetas mantenidas en reserva durante décadas y que aluden a distintos casos de avistaje de los denominados objetos voladores no identificados (OVNI). Uno de esos casos refiere una experiencia registrada en nuestra ciudad hace 54 años.

Se trata de un avistaje protagonizado por un fotógrafo de este diario y que se ganó un lugar destacado en la primera plana de la edición del 23 de mayo de 1962. Como suele ocurrir, la foto carece de la claridad necesaria para definir algún tipo de forma o detalles que den cuenta del objeto. Se trata de un fondo negro y una mancha más clara en el centro, sin nada que confirme su condición de nave ni terrestre ni ajena.

El caso permite repasar el inaudito auge que en las décadas del 60 y 70 tuvo el fenómeno OVNI en el mundo. En 1973, entre tantas historias, el vecino Dionisio Yanca, en ocasión de detenerse en la ruta a cambiar un neumático, vio una luz que se acercaba. Tres personas lo levantaron y cargaron en un objeto volador de color amarillo brillante y base violácea, como del barrio Tiro Federal. Los “humanoides” eran altos, rubios, de ojos oblicuos y frente ancha y vestidos con trajes blanco-plomizos ajustados. Veinte minutos después lo abandonaron cerca de Bordeu, desde donde hizo dedo hasta un hospital.

También en 1962 los camioneros Zenobi y Tomassini divisaron en la ruta 35 algo “parecido a un vagón del ferrocarril” cruzando la carretera, y en 1968 una mujer vio en su casa a un ser “de dos metros de altura, sin orejas ni cabellos, de dimensiones atléticas”.

En enero de 1975, el vecino Carlos Alberto Díaz regresaba a su hogar en el bulevar de White luego de haber oficiado de mozo en la Sociedad de Fomento del Barrio Napostá, cuando un poderoso haz de luz que venía desde el cielo lo paralizó y sintió que una corriente de aire lo izaba con violencia.

Despertó dentro de una esfera, junto a tres personas con forma humana, pero sin manos, de rostros lisos, sin boca, nariz ni orejas. La piel tenía un tinte verdoso. Despertó al mediodía, en la Capital Federal.

Habrá que esperar si avanza la desclasificación de documentos de la entidad norteamericana, si también algunos de estos casos están considerados como posible prueba de la existencia de seres de otros planetas o galaxias, como parte de una búsqueda por encontrar vida en algún punto de un universo de dimensiones infinitas, que se sigue expandiendo cada día a mayor velocidad.