Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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Una Justicia que nos inquieta

Todo está encuadrado bajo lo legal, dentro de lo que la ley admite y permite. Sin embargo, no deja de ser poco menos que espeluznante la posibilidad (cierta y concreta) de que en los próximos días recupere su libertad Pablo Víctor Chuchán, quien a sus 36 años de edad podrá “manejarse en la calle sin restricciones” y volver a vivir en su casa de Ingeniero White.

Hace 11 años, en octubre de 2004, Cuchán, de 25 años, recibió en su casa a Luciana Moretti, un niña de 15 años que vivía a dos cuadras de su casa y con quien, se decía, mantenía una relación que quizá tenía poco de amorosa. Por circunstancias que nunca se pudieron establecer, Luciana murió estando en ese lugar, ante lo cual su cuerpo recibió un tratamiento que todavía conmueve.

Es que Cuchán tardó unos pocos minutos en resolver qué hacer con el cuerpo: descuartizarlo, rociarlo con nafta, colocarlo en el fogón de su vivienda y proceder a prenderlo fuego. Luego de una paciente, lenta y pensada espera procedió a colocar los restos en cuatro bolsas, cargarlos en su auto y enterrarlos en distintos puntos, en un camino cercano al lugar.

Mientras eso ocurría, el padre de Luciana, Julio, comenzaba una desesperada búsqueda de su hija. En los medios señalaba que posiblemente se había escapado por alguna circunstancia, se esperanzaba en quienes aseguraban haberla visto en la ruta y hasta viajó a ciudades cercanas a buscarla. Pocas horas después su corazón quedó dañado para siempre, al tomar conocimiento del tenebroso final.

Condenado a 18 años de prisión por tratarse de “un caso primario de homicidio”, los jueces remarcaron “su desprecio por la vida humana”, su “peligrosidad”, dejaron en claro “su impiedad” y la “actitud sádica” con que se manejó luego de la muerte de Luciana al deshacerse del cadáver.

Por estas horas es Antonella Moretti, la hermana de Luciana, quien intentará revertir esta posible libertad. Su papá murió hace unos meses, luego de años de luchar y sufrir por lo ocurrido. Es quien carga hoy con toda la pena y la tristeza. Quien convive con la espeluznante posibilidad de que Cuchán vuelva a ser su vecino y con quien se pueda cruzar en la calle un día cualquiera.

según lo que se explicó, entre las razones por las cuales Cuchán podrá recuperar su libertad está que no tiene todavía una condena firme y que además, dentro de la cárcel, ha mantenido “una conducta excelente”. No parecen elementos demasiado trascendentes para justificar que las rejas se abran de par en par.