Bahía, la ciudad de los baches

Redacción de La Nueva.

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Cada día resulta más complicado, dañino y exasperante circular por las calles de la ciudad, a partir de la enorme cantidad de baches que presenta el pavimento, y también de las conocidas dificultades que tiene el municipio para disponer del material y la mano de obra necesarias para su reparación.

Los baches se cuentan por miles, en todas las calles, en distintas superficies y profundidades, reapareciendo una y otra vez a partir de reparaciones que ya no resultan suficientes debido al pésimo estado del pavimento y a que se trata de verdaderos parches que no resisten más que unos pocos días el intenso tránsito vehicular y otros factores como la lluvia.

La situación se agravó a partir del incendio sufrido por la planta de asfalto municipal, que dejó al municipio sin la posibilidad de producir asfalto en caliente par atender esta demanda, obligándolo a comprar asfalto en frío -de menor resistencia y duración- para atender estos arreglos.

De modo que el producto que se utiliza no tiene la respuesta que venía teniendo hasta mediados de año.

No sería además extraño que, en algún momento, algún particular decida accionar contra el municipio a través de la Justicia, por las indeseadas consecuencias que esos baches generan en sus vehículos e incluso el riesgo que significan para la seguridad, ya que muchas veces se advierten maniobras inesperadas para eludirlos o evitarlos.

También llama la atención -esta es una observación que hizo el propio intendente electo, Héctor Gay- la rotura que se verifica en varias cuadras de asfalto realizadas recientemente, las cuales adolecen de hundimientos o roturas que poco tienen que ver con el reducido tiempo de uso.

Esto se relaciona en gran medida con la necesidad de mejorar los controles de las obras mediante un cuadro técnico adecuado de profesionales, así como las correspondientes intimaciones para su reparación por parte de las empresas contratistas.

El pésimo estado de las calles pavimentadas -se asegura que el 50 por ciento de las mismas han cumplido su vida útil- conforma una de las graves falencias en materia de infraestructura que afecta a la ciudad, además de los 6 mil cuadros que siguen siendo de tierra.

Una materia pendiente y difícil que exigirá una fuerte gestión por parte de las nuevas autoridades, si es que se pretende solucionarlo de una vez por todas.