Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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Otra victoria de Mastromarino

A sus 33 años de edad, el marplatense Mariano Mastromarino coronó una década de trabajo al obtener una medalla de bronce en los juegos Panamericanos Toronto 2015, con su tercer puesto en la maratón (42 kilómetros) y un tiempo de 2 horas 17 minutos y 45 segundos, a 41 segundos del ganador y a 45 de lograr la marca que le permita participar de las Olimpíadas de Río 2016.

Mastromarino saltó a la notoriedad de una manera por demás particular, cuando en octubre del año pasado la organización de la maratón de Buenos Aires pretendió que se retirara de la carrera por creer que se trataba de un “intruso”, alguien que se había “colado” y aparecía primero delante de los africanos candidatos a ganar la prueba.

“¡Salí, salí! ¡No te metas que es una carrera!”, le gritaba desde un auto un oficial, convencido de que se había metido entre los punteros en el kilómetro 37 de la competencia.

Lejos de ser un intruso, el marplatense ganó en buena ley, y esa curiosa anécdota le dio una inusual repercusión en los medios internacionales. Por otro lado, ese triunfo se convirtió en un boleto para los juegos Panamericanos.

Mastromarino quebró en Buenos Aires una racha de 61 años, ya que desde 1951, cuando se impuso el campeón olímpico Delfo Cabrera, un argentino no lograba ganarla, sobre todo a partir de que los africanos -dotados de manera superlativa para estas exigencias de largo aliento- comenzaron a participar de cada edición.

Agotado y feliz, aunque no logró (todavía) clasificarse para las Olimpíadas, Mastromarino logró un resultado halagador luego de su entrenamiento en el pueblo salteño de Cachi, a 2.300 metros sobre el nivel del mar.

Como suele suceder por estas tierras, nunca logró un apoyo importante.

Su sueño olímpico depende ahora de mejorar su marca en la Maratón de Valencia, en noviembre, o en Rotterdam, en abril del año próximo.

Sería importante que el Estado apoyara su carrera, de modo que pudiera concentrarse en su preparación sin distraerse por cuestiones de cómo financiar sus viajes o entrenar con especialistas.

Acaso no deba tampoco sorprender que un argentino tenga capacidad física para estar entre los mejores corredores del mundo: se trata de un pueblo acostumbrado a carreras de largo aliento, plagadas de dificultades y obstáculos.