El Pensamiento quiere energía
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Apenas 3 mil metros de tendido de cable necesita El Pensamiento para tener energía eléctrica.
Esa es la distancia que separa a este paraje vecino a Coronel Pringles del servicio eléctrico, según da cuenta la nota publicada el pasado lunes en la sección “La región” de este diario.
En una provincia donde mucho se habla de cómo mueren, languidecen o agonizan decenas de pueblos, resulta indispensable atender las necesidades de aquellos que, como en este caso, se empeñan en mantenerse vivos, más allá de ser apenas cuatro familias que suman 13 habitantes.
En la actualidad, la escuela del lugar se las arregla con el uso de unas pocas pantallas solares, aportadas por la Provincia, las cuales no pueden utilizarse en días nublados y requieren cambio de batería hasta diez veces al mes.
Las obras necesarias para acercar la energía eléctrica que pondría punto final a esta situación no aparecen en ningún presupuesto ni en carpeta alguna.
Porque un lugar de tan pocos habitantes pareciera no incentivar a políticos o funcionarios para atender esa posibilidad, lejos de obtener votos o sumar aplausos que se escuchen demasiado lejos.
Por estos días, El Pensamiento ha sido elegido por la Asociación Civil Proyecto Pulpería, la cual trabaja a favor de rescatar este tipo de poblados.
La entidad convocó a participar de la campaña El Pensamiento 2015, que tiene como ejes la creación de una Biblioteca Comunitaria y el equipamiento de la Escuela N° 9 y del Jardín de Infantes N° 5.
Para eso solicitaron la donación de conexión a Internet, libros, literatura infantil y juvenil, un televisor, un proyector, equipo de audio, una notebook, pintura, botiquín, aro y pelota de básquet, placas de madera para estanterías y útiles escolares, entre otros elementos, muchos de los cuales fueron conseguidos.
El Pensamiento, que nació y creció al amparo de un ferrocarril que paraba en su estación, se resiste a morir, pero además pretende mantenerse con la dignidad propia de estos tiempos.
Disponer de electricidad, que es mucho más que la luz, debería ser prioritario, a partir de que se entienda la trascendencia invalorable que significará esa intervención para las familias.