Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Los árboles que piden cortes

No es nada nuevo que cortar o podar un árbol ubicado en la vereda supone un verdadero problema para cualquier vecino, ya que, por ordenanza municipal, este está impedido de tomar a su cargo la tarea, con el riesgo de ser multado por la acción.

Sin embargo, y al mismo tiempo, el vecino deberá asumir tiempos de espera por demás prolongados y una total incertidumbre respecto de cuándo el municipio atenderá su pedido.

Desde la Dirección de Espacios Públicos se explicó a este diario que el trámite a seguir consiste en escribir una nota realizando el respectivo pedido, pagar un señado, presentar la nota en mesa de entradas, aguardar la visita de un inspector que haga un diagnóstico y esperar hasta que se confirme la intervención, la cual no siempre coincide con el pedido original realizado.

Son cientos las consultas y quejas que se repiten a diario por falta de respuesta ante ejemplares en mal estado, raíces que destruyen veredas, ramas que afectan cables y decenas de situaciones que, en muchos casos, necesitan de una intervención más o menos rápida para impedir consecuencias indeseables.

La realidad es que el municipio no tiene un plan de poda y mantenimiento del arbolado urbano acorde a la cantidad de ejemplares existentes, que siga un plan metódico, constante, año a año, sino que, por el contrario, la cantidad de personal asignado a esas tareas es menor, la maquinaria disponible condiciona el ritmo de las tareas y la atención de los pedidos tiene una demora que, en muchos casos, excede incluso el período considerado apto para realizar este tipo de intervenciones.

No es casualidad que los propios profesionales del municipio, en un estudio realizado hace cinco años, hayan mencionado la necesidad de declarar la emergencia en el tema del arbolado, en virtud del mal estado de un elevadísimo porcentaje de ejemplares como resultado de plagas, exceso de lluvias, sequía y otras situaciones a las que está expuesta esta masa.

Por sobre cualquier respuesta puntual o reacción a pedidos de vecinos, sin duda es hora de asumir que el tema amerita otro tipo de tratamiento, con un análisis detallado del presupuesto necesario, con la asignación del personal adecuado y con la jerarquía necesaria para un rubro que, muy lejos de ser meramente ornamental, conforma una de las herramientas clave a la hora de mejorar las condiciones ambientales y de favorecer la situación urbana frente a las peculiaridades del clima local.