Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Estomba, la calle menos fluida

Los conductores que circulan por la calle Estomba en dirección al centro de nuestra ciudad están obligados a detenerse –con suerte, y siempre y cuando tengan el viento a favor- al menos cinco veces durante el tramo comprendido entre Brasil y Roca, como consecuencia de la pésima sincronización de los semáforos.

La situación –que es histórica, anacrónica y dañina- aparece a contramano del esfuerzo que desde el municipio se viene pregonando acerca de mejorar la fluidez vehicular, como una herramienta clave e indispensable para disminuir la cantidad de accidentes de tránsito.

La inconveniente situación que genera esta completa falta de coordinación de esquina a esquina puede advertirse en las horas pico, aunque el creciente parque automotor provoca que las mismas cada día sean más extensas, cada hora más concurridas.

Los vehículos forman filas kilométricas, arrancan, paran una vez, frenan otra.

En varias oportunidades, desde el municipio, se refirió la imposibilidad técnica de recomponer la cuestión, alegando que la tecnología de los semáforos no permite su ajuste.

Esa afirmación, desde luego, es completamente falsa, ya que no se pretende que el sistema sea inteligente, vale decir, que se pueda adaptar a las diferentes condiciones de demanda.

Lo que se pide es su coordinación, de modo de conformar una “onda verde” adecuada para una velocidad de 40 kilómetros por hora y para que, de tal forma –como sucede, por ejemplo, en la calle Brown-Vieytes-, se logre la fluidez adecuada y, sobre todo, una lógica de marcha a favor incluso de la menor contaminación que significa la continuidad de circulación.

Pero además, muchas de las faltas que cometen los conductores, inclusive la más grave de todas, que es no respetar la luz roja, es consecuencia de la mala coordinación entre las esquinas, porque esta no deja de ser una total falta de respeto al conductor y es generadora de fastidio, e incluso de bruscas aceleraciones en procura de “agarrar el verde” siguiente.

No se concibe que nadie se ocupe de corregir este evidente mal funcionamiento, que no se decida implementar un plan de adecuación para estas calles y se logre que, a la batería de medidas del promocionado Plan de Movilidad, se sume también reacondicionar cuestiones mal diseñadas que conspiran contra el sentido común.