Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

La ciudad donde las piedras vuelan

En el año 1929, el célebre piloto francés Antoine de Saint Exupéry, director técnico de la línea aérea que unía nuestra ciudad con Comodoro Rivadavia, mencionó que esa ruta era “la más difícil del mundo”, atendiendo a que los aviones que la cubrían –los míticos Laté- muchas veces quedaban “suspendidos en el aire” por la fuerza contraria de los vientos.

“Es la tierra donde las piedras vuelan”, graficó quien años después escribiría El Principito, pieza trascendente de la literatura universal.

Bahía Blanca es, acaso con un poco menos de intensidad, pero con la misma persistencia que la Patagonia, una ciudad de vientos.

Estos vientos, de mayor o menor intensidad, de acuerdo con los especialistas, convierten a Bahía Blanca en un lugar propicio para los tornados, tal cual ha podido verificarse en más de una oportunidad en lo que va de este año.

la situación ha puesto en evidencia -lamentablemente, a veces, a través de hechos trágicos- la fragilidad de varios componentes de la estructura urbana local, por caso elementos de cartelería, paredes y árboles arrancados o derribados a partir de ráfagas que, si bien en algunos casos son excepcionales, en muchos otros son parte de lo esperable.

De allí entonces la necesidad, según una nota realizada por este diario a un ingeniero estructuralista, de que todos esos elementos sean verificados –tanto en su diseño como en su cálculo- por profesionales, atendiendo a los requerimientos propios del clima, en el cual el viento juega un papel clave como una fuerza que actúa con violencia sobre dichos elementos.

Entre los afectados por los temporales se cuentan los muros de cierre o divisorios, los cuales han sufrido en lo que va del año serias afectaciones.

Es el caso la caída de muros de galpones ferroviarios y en instalaciones del colegio La Piedad, donde el hecho no pasó a mayores únicamente por haber ocurrido durante las primeras horas del día.

Resulta imprescindible que las autoridades municipales analicen la reglamentación vigente en la materia, exigiendo soluciones constructivas adecuadas para garantizar la seguridad.

Es el único camino para tener que lamentar hechos que se pueden evitar, a partir de intervenciones adicionales de poca complejidad y alta eficiencia.