Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Trenes nuevos, vías antiguas

De acuerdo a comentarios publicados en distintos medios, los pasajeros que utilizan el nuevo servicio de trenes entre Buenos Aires y Mar del Plata se quejan porque un viaje que debería durar 4 horas demora 7, de modo que el promedio de marcha, para los 370 km que separan ambos puntos, es de 60 km/h.

No está mal que quienes recurren al tren pretendan un servicio acorde a las velocidades del nuevo siglo, pero también resulta razonable tener en cuenta que se transita por rieles que han sido descuidados durante los últimos 80 años y que, a pesar de ser materiales nobles y resistentes, no se puede esperar milagros.

Para quienes no han prestado atención, el flamante convoy fue puesto en marcha el pasado 19 de diciembre. Se trata de una formación del tipo Talgo, tren de origen español, con una interesante estética interior, pisos alfombrados, butacas reclinables, aire acondicionado, ventanas herméticas de vidrio doble y servicio de limpieza.

Semejante propuesta no alcanza para disimular la baja velocidad de marcha, la cual en algunos tramos se ubica en los 20 km/h, consecuencia de la reparación que se viene realizando en ese trayecto, con una inversión que ronda los 1.300 millones de pesos, y que obliga a la marcha baja para “preservar la seguridad de los pasajeros y de los trabajadores”.

Sería interesante no dejar de lado ciertas referencias a la hora de valorar lo que se tiene. Por caso, el tren que sigue corriendo entre Bahía Blanca y Plaza Constitución, con sus 14-16 horas de duración, a una velocidad media de 40 km/h, con un bamboleo lateral constante que no deja cintura en su lugar.

Con vagones en pésimas condiciones, malheridos, con ventanas de vidrios (simples) rotos, sin aire acondicionado ni asientos que se reclinan y baños que exigen valentía, coraje y resistencia. “Estamos trabajando para que el tren llegue a cada punto; porque sabemos que con él regresa la conectividad y mejora la calidad de vida. Seguiremos cambiando vías y recuperando material rodante en todo el país”, se dice desde el gobierno nacional.

Las señales no dejan de ser interesantes, si se piensa en la penosa historia de decadencia del ferrocarril en nuestro país. Es de esperar que, pasado el tiempo político y de elecciones, el tramo Constitución-Bahía Blanca no caiga en el olvido y que definitivamente un tren propio de estos tiempos se sume a ese recorrido, incluso aunque siga demorando 14 horas, las mismas que demoraba en 1886, cuando circuló la primera formación.