Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Tenemos agua, hay que repartirla

El embalse del dique Paso de las Piedras está cerca de desbordarse. Una situación que hasta hace poco más de un año parecía una utopía se ha vuelto realidad, a partir de convertirse 2014 en uno de los años con más lluvias del último siglo, alimentando los ríos y arroyos que se encargan de volcar su agua en este lago, del cual se proveen nuestra ciudad y Punta Alta.

La cota de 164 metros sobre el nivel del mar registrada los últimos días de este mes llevó al reservorio casi a su máxima capacidad, al punto que los técnicos de la Autoridad del Agua están monitoreando de cerca el funcionamiento de las instalaciones en general y de las estructuras del dique, después de casi una década de que este no trabajara en toda su capacidad.

La situación de disponer o no del agua necesaria es parte de las reglas del juego, a partir de que en la década del 70 el Estado provincial decidió embalsarla en Paso de las Piedras para abastecer a nuestra ciudad, creando un sistema que depende de las lluvias para su alimentación, fenómeno climático que también permite que los pozos en profundidad, realizados en la zona del bajo San José y Cabildo, se vean beneficiados por el aumento en el nivel de las napas subterráneas.

Queda ahora, para la empresa Aguas Bonaerenses, el gran desafío de mejorar y hacer más eficiente la distribución del líquido, a partir de la máxima prestación posible del acueducto de 70 kilómetros que transporta el volumen necesario, así como la posibilidad de tener un mayor tratamiento potabilizador en las plantas locales.

A esto se suma la necesidad, siempre presente, de mejorar las redes de distribución en todo el casco urbano, avanzando con el proyecto integral de renovación de cañerías, válvulas y acueductos troncales, situación que, de no concretarse, derivará en un aumento considerable y constante de la cantidad de roturas, al exigir al máximo una infraestructura que, en muchos casos, fue diseñada en la primera década del siglo XX, cuando la demanda se ubicaba en un 30 por ciento de la actual.

No se trata de una obra menor: los recursos de ABSA no son suficientes y el aporte del Estado provincial, principal accionista de la compañía, hoy con severos atrasos en ese punto, resulta vital para cualquier proyecto que se plantee. También es necesario disponer de un plan de trabajo para el mediano y largo plazo, que apunte a mejorar una situación que, según manifestaron los propios funcionarios de la empresa, genera que se pierda el 40 por ciento del líquido que llega a la ciudad.