Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Emergencias necesarias

Muy preocupados se manifestaron los concejales opositores ante la falta o demora en los informes que debería elevar el Departamento Ejecutivo a ese cuerpo, referidos a las acciones implementadas para el arreglo de las calles de tierra de la ciudad, en el marco de la emergencia vial declarada por tres meses por ese cuerpo, buscando dar más agilidad a los arreglos.

En términos sencillos, la declaratoria permite al municipio adquirir tosca –material clave para los trabajos--, agilizando los pasos burocráticos de un llamado a licitación, realizar algunas compras de manera directa --repuestos para el caso de tener que reparar una máquina--, alquilar maquinarias para aumentar la capacidad de trabajo y otras decisiones de este tipo, buscando una mayor celeridad.

Walter Mele, titular de la delegación municipal Norte –que tiene unas dos mil cuadras de tierra que reparar y mantener--, aseguró que con la declaración de la emergencia, “un mes” le era suficiente para intervenir en todas las calles, mientras que en condiciones “normales” pueden pasar meses sin arreglos.

Declarada por 90 días, el municipio consumió casi 45 en organizarse, conseguir nuevos proveedores, cerrar el alquiler de máquinas y lograr realmente mayor eficiencia en un escenario complicado, por el volumen y la periodicidad de las lluvias del año. Con el operativo en marcha, las quejas del Concejo Deliberante apuntan a que los informes quincenales de lo actuado “no llegaron aún”.

“No sabemos a quiénes contrataron, qué partidas destinaron y a qué otras le sacaron dinero”, mencionan los ediles que seguirán esperando esos informes al tiempo de ocuparse en buscar calles –entre las más de cinco mil de tierra-- que den a entender que el municipio no está actuando con suficiente eficacia.

Es claro que la emergencia está lejos de ser algo similar a “superpoderes” como alguna vez el Congreso otorgó al presidente Carlos Menen, para que “reestructurara la administración pública”, o al ministro de Economía Domingo Cavallo, para que “resolviera” de la mejor manera la crisis financiera.

Se trata de un acotado visto bueno para agilizar compras y contrataciones viales para arreglar calles de tierra, todas documentadas. Más allá de la lógica de informes escritos, no debiera ser complicado para los ediles verificar qué se está haciendo y aplicar los criterios de “emergencia” para realizar eventuales controles –sin esperar escritos sobre sus escritorios-- y sugerir, proponer o discutir toda acción que permita mejorar esta intervención.