Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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La Guardia Urbana, en falta

El juez de Faltas Ricardo Germani, que siempre ha dicho lo que piensa y más de una vez su lectura de determinadas situaciones ha provocado encendidas polémicas y discusiones entre su espacio de trabajo y el Departamento Ejecutivo, ha salido ahora a manifestar su enojo por la falta de agilidad de algunos integrantes de la Guardia Urbana Municipal (GUM) al momento de completar determinados trámites administrativos.

El funcionario del Juzgado de Faltas bahiense manifestó su enojo a través de las redes sociales, tratando de incompetentes a los inspectores, luego de mantener una discusión con autoridades del cuerpo. “Sorprendente y lamentable que un responsable del control y la prevención ciudadana responda con violencia verbal e intimidación cuando se le imparte una consigna de trabajo para mejorar el servicio. Violencia que no disimula la incompetencia. Esfuerzo y planificación en riesgo por el amateurismo de unos pocos”, escribió.

Entrevistado por este diario días atrás, reconoció su momento de enojo cuando un acta de secuestro de un vehículo no llegó en tiempo y forma a su despacho, lo cual le impidió hacer la entrega del mismo al propietario.

Mencionó, además, otros errores que suelen cometer los inspectores y habló de la necesidad de “aceitar los mecanismos” internos para mejorar el funcionamiento integral.

Acaso sin medir el alcance de sus declaraciones –tratar de incompetentes a 140 trabajadores--, se vio envuelto en una exposición inesperada, de la cual buscó evadirse con excusas vanas; más allá de ratificar cada uno de sus dichos mientras se realizaba una asamblea entre inspectores, funcionarios municipales y del sindicato esperando sus disculpas.

Desde el municipio no se negó la realidad de ese tipo de circunstancias, que complica el funcionamiento del sistema, sino que mencionaron que se trababa de una cuestión que debiera discutirse “puertas adentro”, como si la misma no afectara a cientos de vecinos cada día.

Por otra parte, este diario reflejó decenas de comentarios de sus lectores manifestando su desagrado con ciertas conductas de los inspectores, con la falta de sentido común –marcada por el propio magistrado Germani en hechos anteriores-- y una crítica a su trato con la gente. La piedra que arrojó el juez de Faltas no necesita que se esconda la mano, sino que se atienda y se den respuestas.