Aníbal
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En la calesita ministerial K, Aníbal Fernández ha vuelto a sacar la sortija. No es que haya tenido suerte. Nada de eso. Su nuevo cargo es merecido en atención a su locuacidad y a su fidelidad al poder de turno.
Sin el protagonismo de hoy, las dotes de este oriundo de Quilmes han sido las mismas, se tratara de acompañar a Menem, Ruckauf, Duhalde o los Kirchner.
Discutidor de fuste y saltimbanqui ideológico como pocos, con Ruckauf sobresalía como peronista de derecha y con Néstor y Cristina se convirtió en fervoroso defensor de Venezuela, las Madres de Plaza de Mayo y La Cámpora. Si mañana volviese Duhalde se inclinaría ante él con unción.
Como es vivo y sabe comunicar bien las mentiras gubernamentales, lucirá mucho mejor que el pobre Capitanich. Papelones Aníbal Fernández no hará, ante los periodistas, en sus monólogos matutinos.