Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía y la región siguen a la espera de la reactivación

La primera mitad del año cerró con pocos datos positivos para el comercio, la industria y los gremios. La esperanza es que el campo y la construcción traccionen el mercado laboral y, con ello, aumente el consumo.
Bahía y la región siguen a la espera de la reactivación. La ciudad. La Nueva. Bahía Blanca

Juan Ignacio Schwerdt

Francisco Rinaldi

La primera mitad del año volvió a dejar un panorama económico y laboral muy alejado de aquel “segundo semestre” prometido sobre fines de 2015, al menos en Bahía Blanca y la región.

Industriales, comerciantes, funcionarios y referentes gremiales consultados por “La Nueva.” coincidieron en que el consumo sigue estancado, producto de salarios que continúan perdiendo frente a la inflación, tarifas que cada mes se llevan una tajada más grande de los ingresos y una presión tributaria que no cesa tanto para empresarios como trabajadores.

Esta situación impacta de lleno en un comercio minorista que, en general, no ve perspectivas de un repunte a corto plazo y, en menor medida, en la industria.

Entre los aspectos positivos surgen datos que pueden ser analizados como fundamentales o apenas como un simple consuelo. El más importante: todo parece indicar que cesó la ola de despidos masivos que arrancó en abril de 2016 e, incluso en Bahía Blanca, ya arroja un descenso de la desocupación.

Otro dato alentador es que el sector agropecuario sigue creciendo (aunque todavía está lejos de ser aquel dinamizador de las economías locales que supo ser) y hay buenas perspectivas para el sector de la construcción a partir del anuncio de varias obras relevantes -como la ejecución de cinco parques eólicos y ambiciosos proyectos viales, entre otros- y la reactivación del programa de vivienda Pro.Cre.Ar.

Con el 12 por ciento del total de empleos asalariados protegidos, de acuerdo con los últimos datos del ministerio de Trabajo de la Nación, la industria manufacturera es un actor de peso para la economía de Bahía Blanca.

Tal como se desprende de los últimos informes sectoriales que elabora habitualmente el Centro de Estudios Económicos de la Unión Industrial de Bahía Blanca (CEEUIBB), en los primeros meses de este año, las perspectivas de las pymes industriales se muestran equilibradas entre quienes creen que la situación mejoró y quienes opinan lo contrario.

“Una encuesta que realizamos entre 400 pymes industriales, la mayoría locales, mostró, a marzo del corriente, que la percepción de la situación general es muy equilibrada: 32% de las empresas se encuentra en el segmento positivo (muy buena y buena), 38% en el segmento normal, y 30% en el segmento negativo (mala y muy mala)”, señaló el economista jefe del CEEUIBB, Martín Goslino.

Aplicando la metodología denominada “saldo de respuesta”, consistente en descartar las respuestas normales y realizar una resta entre los extremos, el mismo arroja un 2%, lo que se interpreta como una leve ventaja del segmento positivo sobre el negativo.

Sin embargo, hay otro dato que inquieta: la presión de la demanda laboral por parte de estas firmas es muy baja, aunque la mayoría de los hombres de negocios no planea recortes masivos en sus planteles, de cara a lo que resta del año.

“En materia de empleo, no se prevén grandes cambios en el corto plazo, ya que el 44% indica explícitamente que mantendrá sus niveles actuales, y el saldo de respuesta es 2% positivo, ya que un 29% planeaba incorporaciones, lo que se contraponía con un 27% que estudiaba desvincular empleados”, acotó Goslino.

Del lado del comercio, responsable de más de dos por cada diez empleos en la ciudad, mantiene indicadores negativos de enero a abril, de acuerdo con el Informe Económico Regional que confecciona el Centro de Estudios Económicos de Bahía Blanca-Argentina (CREEBBA).

Prueba de ello, es que el saldo de respuesta entre los comerciantes que opinan acerca de que el panorama general fue bueno y quienes expresan lo contrario sigue en terreno negativo, aunque con una tendencia a la baja. De hecho, el sector Servicios fue el único que ha consolidado su situación por segundo bimestre consecutivo con un saldo de respuesta positivo, que pasó de 6 a 10.

“Las ventas en marzo continuaron tan retraídas como en Febrero, al ritmo de un consumidor que continuó sintiendo tanto la pérdida de poder adquisitivo de sus ingresos como los altos niveles de endeudamiento en sus tarjetas de crédito”, manifestaron los técnicos del CREEBBA.

Adicionalmente, de acuerdo con la consultora Nielsen, las cantidades vendidas de una canasta representativa de bienes de consumo masivo por parte de las grandes cadenas de supermercados con presencia local, cedió, entre mayo del corriente e igual mes del año pasado, un 10,4%.

Panorama con claroscuros en la región

El consumo se retrajo mucho pero, en este contexto, y por su naturaleza, el comerciante es más bien optimista sobre lo que vendrá”, admitió el presidente de la Unión del Comercio, la Industria y el Agro de Punta Alta (Uciapa), José Amundarain.

El relevamiento que hizo la entidad entre sus afiliados, en abril pasado, muestra más bien un moderado optimismo.

"El 48% de los consultados dijo que la situación era normal, un 30% buena y un 22% mala. ¿Las expectativas? Para el 16%, desalentadoras; para el 24%, alentadoras; y, para el resto (60%), normales”, señaló.

La tendencia también se mantiene al observar la situación general del país: el 27% dijo que son desalentadoras; el 21%, alentadoras; y, el 52% normales.

Sobre el plantel de personal, se esperan pocos cambios: el 84% aún mantiene al mismo número de trabajadores que en 2016; el 10%, menos; y, el 6%, más.

Las buenas perspectivas que algunos tienen están ligadas estrictamente a dos sectores claves de la economía de la región: el campo y la construcción.

“Si bien no hay buenos precios, el campo ha tenido rindes muy interesantes en los últimos años. Si ese dinero se vuelca a la ciudad, le va a dar un movimiento que ahora no tiene”, anticipó Javier Gallardo, presidente de la Cámara Económica de Tres Arroyos.

Con él coincidió el presidente de la Asociación de Comercio e Industria de Coronel Dorrego, Andrés Fidelibus. Admitió que en el comienzo del segundo semestre del año la economía local no está atravesando un buen momento, a excepción de “los negocios relacionados con el agro, la construcción y los de bienestar personal, como peluquerías y gimnasios”.

“La construcción está teniendo un buen presente –dijo-. Prevemos un aumento de la demanda de trabajadores, en los próximos meses, por el comienzo de distintas obras públicas en el distrito”.

Con él coincidieron casi todos los referentes del sector consultados. Ana Inés Errazquin, directora de Producción de ese distrito, también hizo la misma evaluación.

“El rubro construcción, con la fuerte inversión que se hará en infraestructura y obra pública, está en plena actividad y seguirá creciendo. Y en el campo, después de varios años de una economía planchada o en retroceso, se evidencian cambios que impactan positivamente en la actividad, lo que trae aparejado un mejoramiento en la situación de los comercios del rubro agropecuario”, dijo.

La funcionaria es muy optimista porque, según señaló, “las perspectivas para los próximos meses son esperanzadoras”.

“Hay signos de reactivación económica en el sector agropecuario, que continúa con inversiones, principalmente en ganadería. Y en el rubro de la construcción hará falta mano de obra, sobre todo la especializada en temas como manejo de maquinaria vial”, dijo.

“Todo esto da la pauta de que se generarán, en el mediano plazo, más oportunidades laborales y, lo más importante, pequeñas empresas locales”, amplió.

Emiliano Borean, director de Desarrollo Económico de Patagones, dijo que hay muchas esperanzas puestas en el nivel de empleo que genere la construcción de parques de energía eólica en la región.

Se calcula que los cinco proyectos ya confirmados para la zona demandarán unos 1.500 obreros durante dos años.

“Sólo con estas obras en Patagones se generarán entre 200 y 300 empleos. Si a esto le sumamos el repunte de la agricultura y la ganadería, las perspectivas son buenas”, dijo Borean.

La situación del sector de la construcción, sin embargo, muestra altibajos.

Carlos Blando, delegado regional de la Uocra en Tres Arroyos, dijo que el índice de ocupación en ese distrito ronda el 40% de lo óptimo.

“En nuestro caso, hasta octubre las perspectivas son malas. Se anunciaron muchas obras, pero no arrancan o, si arrancan, paran a los 15 o 20 días”, se quejó.

“Todos los días tengo un promedio de 20 o 25 personas anotándose en la bolsa de trabajo. Para lo que es Tres Arroyos, es mucho”, agregó.

El comercio y un panorama muy complicado

Del sondeo efectuado por este diario en la zona surge que el sector más afectado por la crisis sigue siendo el comercial, que sufrió la abrupta caída del consumo.

El dirigente mercantil puntaltense José Amundarain explicó que la raíz del problema es que las tarifas, impuestos y tasas aumentaron en un mayor porcentaje que los sueldos, lo que redujo el presupuesto que le queda a cada familia para destinar al consumo.

“En el caso de Punta Alta, el 90% de la masa salarial depende del Estado. Y hablamos de sueldos que este año no tuvieron ni siquiera una suba superior al 20%. Sin embargo, todo lo restante aumentó en bastante mayor proporción”, explicó.

Una opinión similar brindó el secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales de Dorrego, Domingo Fortunato, quien dijo que el estancamiento comercial está íntimamente ligado a que “el aumento de precios y tarifas sigue comiendo lentamente las subas de los salarios”.

“Por eso los comerciantes en general, y los del rubro alimenticio en particular, comentan que las ventas cayeron entre un 20 y un 50 por ciento”, aseguró.

El pringlense Cristian Elormendi, del gremio Fesimubo, también se expresó en el mismo sentido.

“La inflación y las tarifas suben más que las paritarias. Por eso la gente no consume y ahorra hasta el último centavo para poder pagar los servicios. Por eso siguen cerrando comercios; algunos abren y a los dos o tres meses bajan la persiana”, disparó.

El dirigente Andrés Fidelibus, de Coronel Dorrego, dijo que en los últimos meses quedó en claro que no alcanza con frenar la inflación al 1,5% o menos para cambiar esta situación.

“Para revertir este panorama, el comercio minorista necesita una reforma tributaria y una política que aumente el consumo”, subrayó.

El dirigente comercial suarense Damián Forani agregó que otro de los problemas que está sufriendo el sector son los cos costos financieros y la presión fiscal, a los cuales consideró “excesivos” para este período de la economía.

“Y ni hablar de las cargas sociales”, agregó el presidente de la Asociación de Comercio e Industria de Monte hermoso, Claudio Biragnet.

“Por eso estamos viendo con optimismo la flexibilización laboral. No queremos dejar de cumplir ninguna de nuestras obligaciones, pero las condiciones actuales son tan complicadas que hoy tomar un empleado es generarse un problema”, agregó.

El dirigente dijo que otro aspecto clave es que se brinde al sector “señales de apoyo”.

“El gobierno provincial arregló con las grandes cadenas de supermercados que un día al mes se venda con una bonificación del 50%. Eso afecta muchísimo a los pequeños y medianos empresarios del rubro alimenticio, porque nos impide competir con esas cadenas. Necesitamos medidas para estar en igualdad de condiciones”, enfatizó.

Biragnet dijo que el sector está “rozando la recesión” y hay “muy pocos índices positivos” para destacar.

“Esta crisis se está prolongando demasiado en el tiempo y no se avizora una salida; muy por el contrario, se está agudizando, porque nos estamos consumiendo los ahorros que uno podía tener y tenemos que recurrir al crédito para cubrir gastos ordinarios”, reveló.

Guillermo Marín, titular de Unión Empleados de Comercio de Coronel Pringles, dijo que si no hay cambios urgentes “seguirá el cierre de comercios”.

“En nuestra ciudad ya se han perdido varios puestos de trabajo porque han cerrado empresas como Lucaioli y un supermercado. Y son puestos que no se recuperan”, advirtió.

“Uno también ve que la situación no está bien en los locales del centro –agregó-. Los negocios cierran o se trasladan a otro lugar para achicar costos de alquiler”.

Marín dijo que la situación está provocando que el municipio sea “la fuente más grande de trabajo, seguido por el comercio, el sector del trasporte y el campo”.

“El impacto que esto tiene sobre el sector comercial es enorme. Nuestro gremio está por hacer un barrio, pero nos preocupa que hagamos las casas y no haya trabajo para que los vecinos las puedan pagar”, se sinceró.

Con él coincidió el concejal Ricardo Marino, secretario general del Centro Empleados de Comercio de Patagones, quien dijo que el sector gremial está siguiendo con preocupación la situación del comercio.

“Las ventas siguen bajando, los empresarios están preocupados y nosotros no estamos bien. Si a los comercios no les va bien, empiezan los despidos. El hilo siempre se corta por el lado más fino”, dijo.

El dirigente destacó que, en medio de esta situación, no hay despidos masivos.

“Hay algunas cuestiones que se plantean, pero muy individuales. Por suerte el comercio, en este aspecto, siempre nos ha acompañado tratando de mantener sus trabajadores”, aclaró.

No obstante, aclaró que tampoco se generan nuevos puestos laborales.

“No consiguen trabajo ni los grandes ni los jóvenes, lo que deriva en que no haya circulante en la calle. Y, si no hay plata, no hay ventas. Si encima se habla de más aumentos de tarifas, cada vez perdemos más poder adquisitivo”, remarcó.

Unas mal, otras un poco mejor

Entre las industrias de la zona la situación está más dividida.

“Como el sector agropecuario sigue invirtiendo, las empresas ligadas a él –entre ellas, la de alimentos- están funcionando y no han estado suspendiendo personal”, explicó Juan José Etcheto, secretario de Producción de Tres Arroyos.

En contrapartida, las industrias manufactureras de bienes de consumo masivo están sufriendo un duro momento.

En la zona, el caso emblemático es el de la industria textil y del calzado, que hasta hace poco brindaba trabajo a más de 3 mil personas en Coronel Suárez, Pigüé y Puan, entre otras localidades.

Por la caída del consumo y el ingreso irrestricto de bienes importados, la demanda de trabajo ya no es tan fuerte como tiempo atrás.

El resultado directo es una caída de la producción del 30% al 50%, una reducción del personal ocupado del orden de las 600 familias y la puesta en marcha de un plan de suspensiones que afectará a nada menos que 1.960 empleados de la firma brasileña Dass en Suárez.

“Las subas de las tarifas de energía eléctrica y gas también tuvieron alto impacto en la industria textil y del calzado –dejó en claro el secretario de Producción de Saavedra, Guillermo Oustry-. Tanto como la competencia desleal con la importación”.

Agregó que, si bien la semana próxima se conocerán los resultados de una encuesta que está llevando a cabo la Universidad Provincial del Sudoeste, las demandas en la Oficina de Empleo municipal plantean un panorama “preocupante”.

“La empresa Dass echó a 44 operarios de Pigüé que viajaban todos los días a Suárez a trabajar. A esto se suman unos 50 desempleados de otros rubros, según datos de Anses. El último año cerraron unos 60 comercios en todo el distrito y, si bien han abierto nuevos, la mayoría de ellos son de corta vida porque hay muchos que están vinculados a la indumentaria”, lamentó Oustry.

El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Coronel Suárez, Damián Forani, dijo que los problemas en la industria textil acentuarán los del comercio local.

“Ya veníamos con una merma del consumo muy importante, producida por la falta de liquidez de los asalariados. Todos esperamos un cambio de rumbo; de lo contrario, va a ser peor en los próximos meses, porque se van a ver más despidos y cierres de comercios”, advirtió.

El concejal y referente gremial de los empleados de comercio suarenses, Fabián González, agregó que la crisis de la industria textil es tan grave que “los trabajadores que están en la fábrica buscan empleo en otro lado, sobre todo después de que arrancaron las suspensiones”.

Para el sindicalista, el rubro ropa e indumentaria ha caído mucho y el empleo “está entre algodones”.

“Esta situación no mejorará en lo inmediato –lamentó-. Tal vez sólo se salven los que puedan conseguir algo de trabajo con la obra pública”.

Sondeo

400 Pymes industriales fueron consultadas por la UIBB acerca de su percepción. El 32% de las empresas estuvo en el segmento positivo (muy buena y buena), 38% en el segmento normal, y 30% en el segmento negativo (mala o muy mala).

El empleo sigue quieto

El dato positivo del cese de los despidos masivos no logra ocultar el hecho de que desde hace meses no se están generando nuevos puestos laborales.

Como resultado, los índices de desocupación siguen aumentando.

En el caso de Punta Alta, hoy ronda el 10%, según el director de Desarrollo de la Municipalidad de Coronel Rosales, Ivan Moscaritolo. Ese mismo indicador había arrojado un 9,1% en 2016. "Es un parámetro que está en sintonía con el nivel nacional", dijo.

Agregó que el municipio está a punto de lanzar la Oficina de Empleo, dependiente de la Red de Servicios de Empleo de la Nación. El objetivo –dijo- es capacitar y entrenar a las personas para que se inserten en el mercado laboral, y luego vincularlas con el sector privado.

La jefa de la Unidad de Empleo de Monte Hermoso, María del Pilar López, dijo que en ese distrito también están trabajando en ese mismo sentido, aunque reconoció que la oferta de trabajo está superando ampliamente a la que demandan comercios y empresas locales.

“En la actualidad la oficina cuenta con 900 legajos de personas inscriptas, de los cuales 300 corresponden a entrevistas del corriente año. Si bien en los meses de temporada (desde septiembre de 2016 a febrero de 2017) los pedidos de personal fueron incesantes, a partir de marzo las solicitudes se detuvieron abruptamente, pasando a ser sólo de un par al mes y referidas a trabajo informal”, contó.

Los programas de empleo –agregó- permanecen con demanda constante. Permiten a los empleadores capacitar a sus futuros empleados y recibir una contraprestación dineraria del ministerio de Trabajo de la Nación.

Daniel Ockier, titular de la Asociación del Comercio y la Industria de Coronel Pringles, dijo que aprovechar este tipo de planes, así como los que promueven el consumo, podría ser una salida para muchos comerciantes.

“Con planes de consumo, líneas de crédito y promociones, se puede incentivar el consumo. Falta mucho aún en este aspecto, pero lo que se ha hecho es un avance”, consideró.

“También hay que trabajar con las herramientas de oficina de empleo, hacer llegar los planes. Algunos permiten tomar a una persona como pasante por tiempo determinado; otros, capacitar al empleado para que al momento de contratarlo tenga la base de la labor diaria; y otro hasta permite amortizar parte de las leyes sociales”, añadió.