Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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Las subas de diciembre le meten presión a Sturzenegger

Los aumentos en las tarifas de la luz, el gas, las prepagas y los combustibles abren interrogantes sobre el éxito del combate a la inflación, que cerrará en el 21%.

José Calero

Agencia NA

Los aumentos de tarifas de electricidad y gas, y las subas en prepagas y en combustibles, sumados a los habituales incrementos de precios para las fiestas, abren más interrogantes sobre el éxito del combate a la inflación encarado por el gobierno.

Cargada sobre las espaldas del jefe del Banco Central, Federico Sturzenegger, la lucha contra la escalada de precios, un mal endémico en la Argentina, dejó más sinsabores que éxitos en los últimos meses.

El número uno del Central debió admitir que la inflación del año estará por encima del 17 % que se fijó en un principio como meta.

Todo indica que el costo de vida cerrará 2017 más allá del 21% -con pronóstico de 2% o más para diciembre-, lo cual impondrá un desafío enorme para las paritarias del año próximo.

El problema es que las tasas altas que el Central paga para absorber pesos en el mercado, y que ya alcanzan el 28,75%, se traducen en un costo financiero enorme.

Representa, según cálculos privados, unos 325.000 millones de pesos anuales, por encima de las reservas del BCRA.

El otro problema está vinculado con que cada peso que se destina a la “bicicleta financiera” deja de jugar en la producción.

Si un empresario puede aumentar casi un tercio su capital en un año invirtiendo en LEBACS, dudará en destinar esos fondos a la inversión, porque no existe un negocio en la Argentina que rinda semejantes utilidades.

Todos los experimentos de tasas altas terminaron en crisis en el país: el último gran ejemplo fue la bicicleta armada por el menemismo que luego decantó en la crisis de 2001.

Los bancos remuneraban tasas estratosféricas por depósitos en dólares, porque a su vez le prestaban esas divisas al Tesoro.

Cuando las arcas estatales colapsaron y el país entró en el default más grande la historia, debieron impedirle a los ahorristas retirar su dinero, lo cual se tradujo en protestas que escribieron páginas de mucha tristeza en el país.

Las burbujas son todas negativas, en especial en el mundo financiero, como lo demostró la crisis hipotecaria de 2008 que transformó el sistema norteamericano de créditos y llevó a la bancarrota a millones.

El escenario es complicado, porque aún encareciendo el costo del dinero, la inflación sigue en niveles altísimos, muy lejos de las proyecciones oficiales.

La presión sobre los precios se incrementarán en el mes de diciembre, que arrancó con alzas del 34% en las tarifas de electricidad y del 57% en el gas.

Sólo esos aumentos sumarán 1,2 puntos a la inflación, y deberá contabilizarse también el alza en las prepagas, el servicio que sube más que la inflación en la Argentina.

Ante semejantes aumentos de tarifas, el gobierno deberá sortear un desafío mayúsculo en el verano: los cortes de luz deberían tender a cero.

Lo contrario sumará mucho malestar social. Aranguren viene hablando hace meses este tema con las distribuidoras Edenor y Edesur.

Habrá que ver si las empresas están a la altura de las circunstancias cuando las altas temperaturas pongan a prueba las instalaciones eléctricas.