Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Una “cruzada” a favor de la donación de médula ósea

Néstor Herrera pasó por Bahía en medio de su travesía, que empezó en Madariaga y culminó en Ushuaia.
Una “cruzada” a favor de la donación de médula ósea. Domingo. La Nueva. Bahía Blanca

Cecilia Corradetti

ccorradetti@lanueva.com

Apartir de una experiencia dramática con su hija, que falleció producto de leucemia, Néstor Herrera eligió no quedarse de brazos cruzados y comenzar una lucha con la bandera de la concientización.

Es por eso que desde su ciudad de origen, General Madariaga, y a bordo de su moto, decidió iniciar una cruzada hasta Ushuaia para llevar su mensaje hasta la zona más austral del planeta.

La travesía la inició el 15 de marzo y pudo concretarla dos meses y medio después.

Así fue como llegó a Bahía Blanca el pasado miércoles, en medio de la crudeza del frío pero con su corazón desbordado de alegría. "Luego de la muerte de mi hija Laura, a los 24 años, decidimos comenzar una movida junto con mucha gente de mi pueblo. Creamos una fundación denominada ‘Almas gemelas por el legado de Laura Herrera’ y empezamos a trabajar”, resumió este corredor y fanático de las motos que hizo una pausa de escasas horas en Bahía, para luego seguir brindando charlas en otras localidades de la zona, hasta llegar nuevamente al destino de regreso. Posiblemente, si su hija no hubiese padecido aquel proceso con triste final, esta cruzada no se hubiera concretado, aseguró.

“Pero Dios quiso que así fuera. Por eso insisto en la importancia de donar médula, no es doloroso ni cruento, es simplemente destinar media hora de nuestro tiempo y puede salvar una vida”, reflexionó. Su hija, en realidad, pudo recibir la donación tan esperada, aunque 11 meses después de una serie de tratamientos que la fueron deteriorando.

“Ella finalmente murió a causa de la enfermedad y el efecto que causó en su cuerpo tanto tiempo de espera, pero la médula llegó desde San Pablo, en Brasil”, recuerda.

Néstor brindó cifras nacionales poco alentadoras.

“Cuando sufrimos el proceso de mi hija, de un total de 41 millones de argentinos en ese momento, hace tres años, apenas 12 mil estaban registrados en Incucai para donar médula”, recordó.

Se trata de una cifra, dijo, extremadamente escasa.

“Hoy son 200 mil los anotados, pero siguen siendo muy pocos si se tiene en cuenta la cantidad de argentinos”, enfatizó.

“Seguiré luchando mundialmente porque esto debe involucrarnos a todos. Los enfermos no pueden esperar. Hay que decir basta a la confusión y la ignorancia y, de una vez por todas, decidirse a donar médula ósea”, remarcó.

“Mi hija falleció el 7 de julio de 2013. Esto no debe suceder por falta de donantes. No me cansaré de luchar no solo por su memoria sino por la recuperación de muchos enfermos. Hay otras enfermedades que afectan a la sangre además de la leucemia”, expresó.

Néstor hizo un alto en nuestra ciudad, en las puertas del mercado municipal, donde CUCAIBA posee su oficina. Allí fue recibido por vecinos, periodistas y miembros de la institución, entre ellos José Luis La Colla.

Agradeció el recibimiento y valoró la actitud de la prensa que difundió su iniciativa.