Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Destiñen hacia lo amarillo

Aún cuando el clima de precaución política bordeó el primer encuentro formal por la traspaso de gestión bonaerense entre el gobernador Daniel Scioli y su sucesora María Eugenia Vidal, después de la elección del 25 de octubre, la imagen reflejó buena predisposición y camaradería.

El respetuoso acercamiento en la Gobernación platense, tal como se lo pretendió exhibir, fue el contraste de la reunión del martes por la noche, sin foto ni definiciones, entre la presidenta saliente Cristina Fernández de Kirchner y el mandatario entrante Mauricio Macri en la residencia de Olivos.

Fue el inicio de un proceso de transición “ordenada” tras la disputa electoral que ahora continuarán los equipos técnicos de la Gobernadora electa y funcionarios “naranjas” hasta el traspaso protocolar del 10 de diciembre próximo, fecha de vencimiento de la administración Scioli en la Provincia.

La diferencia sustancial pasa por la elaboración de la receta para combatir el déficit operativo y financiero que padece el Estado bonaerense. Las crisis, tanto económica como de inseguridad, son estructurales.

El primer desafío que le toca enfrentar a Vidal es poder garantizar el pago salarial de diciembre junto a la segunda cuota anual del aguinaldo a empleados estatales. El presidente electo tiene la enorme responsabilidad de evitar que la gobernadora electa tenga que navegar en aguas turbulentas.

De hecho, el entorno de Vidal supone que, con Macri en la Casa Rosada, pasará exactamente todo lo contrario de lo que le tocó atravesar a Scioli con el matrimonio K durante todos estos años en la provincia de Buenos Aires: auxilio financiero de forma discrecional y giro de transferencias en “cuentagotas”.

El futuro ministro de Economía provincial, Hernán Lacunza, insiste con una “herencia” en concepto de déficit fiscal cercano a los 15 mil millones de pesos, en la antesala de la negociación paritaria salarial con el sindicalismo docente y gremios estatales para principios del año próximo.

La falta hasta ahora de los “números reales” le impide a Vidal avanzar en la confección del Presupuesto bonaerense para su primer año de gestión en la calle 6 platense.

En tanto, tras ocho años de administración sciolista, y a unos diez días hábiles para el recambio de autoridades bonaerenses, Vidal afina con su equipo de trabajo la conformación de un “gabinete Pro puro”, en el que por ahora priman nombres de confianza que en su mayoría tienen antecedentes en el ámbito porteño. Un hombre clave de ese armado será su operador gubernamental, Federico Salvai.

El radicalismo como “socio minoritario” de Cambiemos también espera con ansiedad formar parte del staff ministerial.

Por su parte, utilizando el “manual del PJ clásico” el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, fue en auxilio de los “ganadores”: se ofreció como garantía de gobernabilidad y así dotar de fortaleza política a Vidal.

Como moneda de cambio, pretende que el massismo pueda ocupar la presidencia o, eventualmente, la vicepresidencia de la Cámara de Diputados tras el recambio parlamentario de fin de año. En el ambiente legislativo no pocos van destiñendo a un amarillo macrista.

Una reciente reunión entre Salvai y el exministro de Economía duhaldista y actual jefe del bloque de diputados del Frente Renovador, Jorge Sarghini fortaleció esa teoría que indica que ya existe un acuerdo preliminar en marcha entre Vidal y el massismo que tiene, como eje principal, la renovación de autoridades de la cámara Baja.

Además, los “renovadores” de Massa aspiran a ocupar algunos resortes institucionales importantes en los organismos de la control de la Provincia, varios de ellos hasta ahora en manos de representantes de la UCR.