Modernización y cambio
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La transición bonaerense ingresó en un proceso de interrupciones, propio de la coyuntura electoral, cuando faltan apenas días para el primer balotaje presidencial en la historia argentina.
El candidato presidencial por el Frente para la Victoria y gobernador de la provincia, Daniel Scioli, busca reforzar el último tramo de su campaña electoral, casi igual que su sucesora a partir del 10 de diciembre, María Eugenia Vidal, quien también viene apuntalando con tareas proselitistas la postulación de Mauricio Macri, postulante a la Casa Rosada por Cambiemos.
La gobernadora electa, en tanto, confirmó que analiza modificaciones y algún achicamiento en la estructura ministerial. “Si ponen en marcha una `caza de brujas´ se ponen la Provincia de sombrero en un par de meses”, advierten inquietos desde el sindicalismo. Claramente, Vidal no tendrá una relación fácil con los gremios estatales. La dirigente del Pro será la primera mujer al frente del Ejecutivo provincial después de 28 años de influencia peronista.
Así y todo, parecería estar descartado un paquete de medidas “antipáticas”. Las razones por las que los equipos técnicos económicos buscan una alternativa a un “ajuste” obedecen a cuestiones financieras pero también políticas.
Un desafío lógico que se plantea Vidal pasa por lograr “una verdadera autonomía” de la PBA con respecto al Gobierno nacional, que le permita “recuperar los fondos de coparticipación que le corresponden”. En la Legislatura aún no se presentó la Ley de Presupuesto ni se discutió la pauta salarial de 2016.
Días atrás legisladores del Frente Amplio Progresista le habían recomendado públicamente a la flamante cúpula de la gobernación realizar, como primera medida, una exhaustiva reforma institucional. La foto posterior de la reunión entre Vidal y Margarita Stolbizer abonó el camino de “modernizar” el esquema electoral en ámbito bonaerense.
Desde el entorno de la futura mandataria elaboran un “paquete de leyes” para impulsar una reforma del sistema político que incluya la incorporación del voto electrónico, cambios en el cronograma de votación y limitación a las reelecciones indefinidas de legisladores e intendentes.
Al igual que ocurre en Nación y Provincia, los jefes municipales podrían aspirar a un período de 4 años con una sola posibilidad de reelección.
De esa manera, Stolbizer quedó posicionada como “garante” de gobernabilidad de Vidal y al mismo tiempo apostando “a ganador” por cierto hándicap que tendría Macri en la carrera presidencial.
Durante los últimos días, Scioli también cosechó el apoyo de referentes massistas, como Felipe Solá y José Ignacio de Mendiguren además del expresidente Eduardo Duhalde.
Así como a “título personal”, Solá se sienta a compartir mesa para celebrar “militancia peronista” con dirigentes del sciolismo, otras espadas del massismo legislativo tejen posibles acuerdos con referentes del Pro para pelear por la presidencia de la Cámara de Diputados, que está en poder del peronista K, Horacio González.
El Frente Renovador aparece permeable a forjar una suerte de “pacto de gobernabilidad” con Vidal. La diferencia substancial con Solá es que el expostulante a la gobernación viene de afirmar que para un peronista con su recorrido le "resulta muy difícil votar a Macri".
También intendentes y diputados bonaerenses del FpV-PJ decidieron embolsar un “aporte de experiencia” para que Vidal cuente con todos los instrumentos que necesite para su administración.
Entre los intendentes electos por la Sexta que viajaron hasta las diagonales estaban Marcos Fernández (Monte Hermoso), Hugo Corvatta (Saavedra), Alfredo Fischer (Laprida), Néstor Álvarez (Guaminí), Julio Marini (Benito Juárez) , Marcelo Santillán (Gonzales Chaves) y la diputada Marisol Merquel, entre otros.