Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Zona de indefiniciones

La apertura formal de la “anticipada” paritaria 2015 que planificó la administración de Daniel Scioli con actores gremiales docentes y estatales bonaerenses, naturalmente se transformó en una puesta en escena buscando ganar tiempo hasta estirar algún porcentaje real de oferta salarial.

En términos políticos, lo que Scioli pretende es bajar el vértigo que busca imponer el sindicalismo a partir de los reclamos por el pago de un bono de fin de año, y así poder avanzar en un acuerdo que despeje de conflictos el arranque de clases el año (electoral) que viene.

En siete días, cuando concluya el cuarto intermedio, se conocería una propuesta concreta. La gobernación proyecta adelantar subas en enero y febrero “a cuenta” del aumento definitivo de marzo, aprovechando ciertas “fisuras internas” que advierten dentro del Frente Gremial.

“Daniel no elige los caminos fáciles, elige los caminos correctos”, explica la presidenta de la Fundación Banco Provincia y esposa del gobernador, Karina Rabolini, abriendo camino para que voceros “naranjas” recalquen que, desde el primer día, Scioli pertenece al proyecto oficialista K además de continuar trabajado a la par de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Más cristinistas que CFK y más sciolistas que DOS...”, un clásico que repiten cerca del despacho del secretario general de la gobernación, Martín Ferré.

“Scioli es una persona de diálogo y es lo que requiere la ciudadanía en la Argentina en este momento”, descifró el jefe de Gabinete de Ministros, Alberto Pérez.

Aún incierta la postulación final de referentes oficialistas K en la carrera por la gobernación bonaerense, aparece con fuerza Diego Bossio, que llamativamente es el único de los dirigentes que no está realizando una campaña peronista tradicional sino mas bien profundizando su gestión en la ANSES.

Por su parte, el Frente Renovador todavía espera la incorporación de Martín Insaurralde, pese a ciertos desplantes domésticos de referentes dispuestos a competir en las PASO por la gobernación. El hecho de mantenerse en línea de flotación entre massismo y sciolismo, provoca duras críticas del kirchnerismo duro. El vice Gabriel Mariotto cuestionó a los dirigentes que sostienen como eje “la indefinición”.

La intención de Massa es que compitan 3 o 4 fórmulas en la provincia para que todos traccionen votos a favor de su candidatura presidencial, afirman quienes dicen tener acceso a la heterogénea “mesa chica” del tigrense. Los ya anotados son el diputado nacional Darío Giustozzi, el exgobernador Felipe Solá y el alcalde de San Isidro, Gustavo Posse.

Massa también alentaría “alta competición” dentro del FR en municipios clave como La Plata y Bahía Blanca, ante la ausencia de un candidato a intendente que hoy “rompa los relojes” en intención de voto.

Estrategas de Massa por afuera del armado seccional admiten que, hoy por hoy, los mejores posicionados para la disputa electiva por el distrito bahiense son el diputado randazzista Marcelo Feliú y su par Héctor Gay, en representación del Pro de Mauricio Macri, aún cuando ninguno confirmó si va a competir por la intendencia. La gobernación no descarta apuntalar para esa competencia municipal al titular de la ARBA, Iván Budassi.

En tanto, el faltazo del ministro Alejandro Granados a una reunión de la Comisión Bicameral de Seguridad le sirvió en bandeja al massismo legislativo salir a fustigar la “política de inseguridad”. En uno de los puntos que el FR tenía en carpeta figuraba pedirle al funcionario un “bono de fin de año” para todos los integrantes de la Policía.

“Propuesta audaz y delicada”, dijeron en calle 6, teniendo en cuenta que la Provincia registra como “peligroso antecedente” aquel acuartelamiento de efectivos de Infantería, en reclamo por una bonificación salarial que finalmente fue dispuesta por decreto.