Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Diagnóstico con final abierto

La “sensación térmica” en los despachos gubernamentales de calle 6 es que los problemas cotidianos que se dan sobre la superficie bonaerense están lejos de ser un factor de estrés. El compromiso oficial es predicar acerca de la gestión sciolista en la provincia para evitar situaciones que puedan afectar la proyección presidencial de Daniel Scioli, hoy por hoy, el dirigente oficialista más competitivo en la carrera preelectoral por la sucesión de Cristina Fernández de Kirchner

Aun así, esta “no campaña” hace una extraña combinación con la resolución de dificultades propias de la agenda gubernamental. Por un lado, el Ejecutivo reveló que analiza ofrecer a partir de enero adelantos salariales “a cuenta” de los aumentos que después puedan pactarse con los gremios estatales y docentes en las negociaciones paritarias.

La decisión política de Scioli es calmar los ánimos de los gremialistas que están pidiendo una actualización de sus ingresos (plus salarial navideño) ante una inflación galopante. Pero la propuesta salarial “a cuenta” que cocinan en el área económica prevé una condición de difícil aceptación. La Gobernación tiene la aspiración de que los sindicatos se comprometan a no realizar huelgas docentes que alteren el inicio de las clases el año que viene.

Representantes gremiales anticipan que “sin condicionamiento futuro” esperan ser convocados en diciembre próximo para negociar el incremento 2015. En definitiva, lo que intenta el gobernador es neutralizar focos de tensión en la antesala electoral.

En tanto, el sciolismo se colgó a las redes sociales para darle mayor visibilidad a una estadística de la Procuración General de la Suprema Corte saliendo a difundir que -a seis meses de la emergencia en seguridad decretada por Scioli cuando se decidió avanzar hacia una mayor presencia policial en las calles- los homicidios cometidos en la provincia en ocasión de robo u otro delito bajaron sustancialmente, mientras que la disminución en el conurbano fue aún mayor.

No obstante, se sabe, hay un tema excluyente en la demanda social que siempre está en ascenso y no se detiene: la inseguridad.

El Ejecutivo buscó aprovechar un informe positivo con alto impacto mediático. “No podemos decir que estamos satisfechos, pero los datos de la Corte indican que vamos por el camino correcto”, reflejó el jefe de Gabinete, Alberto Pérez.

Mientras tanto, con otra demostración de kirchnerismo ortodoxo, Scioli se sumó también a la embestida desatada por el gobierno nacional sobre el Poder Judicial, a raíz de la investigación que el juez Claudio Bonadío lleva adelante sobre Hotesur, la empresa que administra los hoteles propiedad de CFK. Calificó de “despropósito” el allanamiento judicial y sugirió que debe prevalecer “la prudencia y la responsabilidad” cuando “está de por medio la presidenta”.

Al igual que la Casa Rosada, también el gobernador está inquieto y busca asegurarse un fin de año sin potenciales conflictos sociales. Desde octubre último, la ministra de Gobierno, Cristina Alvarez Rodríguez, ya hablaba de que monitorea a diario la situación con los intendentes, básicamente del Gran Buenos Aires, junto con su par de Seguridad, Alejandro Granados.

Por otra parte, el puente de proximidad entre Scioli y su vice, Gabriel Mariotto, comienza a dar pasos firmes. El entendimiento político ahora giró en torno de la designación del Secretario Legislativo del Senado para el Consejo de la Magistratura bonaerense. El gobernador y Mariotto se inclinaron por el “bahiense por adopción” Luis Calderaro, para ocupar el cargo de Consejero Titular en representación del Poder Ejecutivo. Es la primera vez que el PE “premió” a la Sexta con ese cargo clave. Se trata, ni más ni menos, que el órgano judicial que selecciona a jueces, fiscales y defensores para la provincia.