¿Para qué otro refuerzo?
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No hace mucho, el día que firmó contrato Yonathan Cabral, el último refuerzo en sumarse a Olimpo, el presidente Alfredo Dagna me dijo en la sede: “el plantel está cerrado. Salvo que me ofrezcan a Francescoli o aparezca algún jugador fuera de serie, no haremos más incorporaciones”.
Al poco tiempo, cuando se acercaba el cierre del libro de pases, lo volví a consultar: ¿hay alguien en vista para traer? La repuesta fue tajante: “ya nos retiramos del mercado”.
El jueves, en la lista de inscriptos cablegráficamente, en Olimpo apareció Ezequiel D'Angelo, volante zurdo de 27 años que viene de rescindir su vínculo contractual con Gimnasia La Plata. Con apenas 40 minutos en la Primera del Lobo en el último semestre, sin rodaje en la máxima divisional del fútbol argentino y con un puñado de partidos en All Boys y Chacarita, D'Angelo está lejos de ser un jugador fuera de serie.
Tal vez arregle con Olimpo y la “rompa”, tal vez me tape la boca, pero llega a Olimpo en un puesto que está saturado, porque en el plantel de Cristian Diaz hay varios zurdos, carrileros o puntas por el sector izquierdo.
Entonces D'Angelo, ¿cuándo va a jugar? No es una promesa, es un jugador hecho. Si viene a pelear un puesto, tal vez lo gane, pero en plantillas anteriores hubo jugadores que no sumaron ni un minuto y le taparon el lugar a los pibes. En ese puesto, que crezcan Said Llambay o Lautaro Belleggia, o que den resultados las apuestas que se hicieron con Minutella y Caballuci.