Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Protagonizaron un empate para todos los gustos: 2-2

Rosario y Sansinena repartieron puntos en Punta Alta. Trotta (2) marcó para el local; Jara y Stortini para la visita.
Agustín Trotta es derribado dentro del área, en una acción en la que participó Mángano. El goleador de Rosario no perdonó.

Julio Ayala Torales

Rosario y Sansinena no se sacaron ventajas y transformaron un primer tiempo aburrido en un complemento con matices.

Ganaba Sansinena porque en los minutos iniciales había demostrado esa superioridad que se justifica con la mínima diferencia, Jara ya había avisado minutos antes de ese tiro libre muy protestado por Rosario, que baja Lucanera y el 10 albirrojo la manda a la red.

Un primer tiempo sin pena ni gloria finalizó con un penal de Mángano a Trotta, que el mismo 9 empujó a la red con un remate al medio.

El ST cambio por completo y arrancó con el segundo gol del visitante. Arias metió un cabezazo que exigió al arquero Miranda y de ese rebote, Stortini la empujó al gol.

Mientras la grilla de amonestados completaría 12 jugadores en esa condición y un expulsado, los arqueros Alcaraz y Miranda tuvieron mucho trabajo para contener situaciones que podrían haber desnivelado antes las acciones.

Incluso, un mano a mano de Curuchet con Miranda pudo haber sido lapidario, pero a la postre se ajustó a ese viejo axioma que dice “goles que se erran en el área rival, se sufren el propio”

Los ingresos de Lopez Rueda y Arroyo y la modificación táctica de Lezcano por derecha motorizó la mejoría del local, que llegó al empate.

Un pelotazo frontal que Alcaraz resolvió mal ante la llegada de Bocca, quedó un rebote y Trotta lo aprovechó para anotar el 2 a 2.

A partir de ese momento, los franceces fueron a buscar la victoria y la tuvo en los pies de Trotta, pero Alcaraz le tapó de manera increíble un cabezazo y el 9 desvió un remate muy propicio.

La expulsión de Dambolena sobre el final no impidió que Sansinena siga complicando con Stortini y Curuchet, quien le dejó en bandeja la posibilidad a Gandolfo de ganar el partido, pero chocó con la seguridad de Miranda, quien mandó la pelota al tiro de esquina.

De ese córner, el local sacó una contra que no terminó en gol de Trotta sólo para notable atajada de Alcaraz.