Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Más de lo mismo: Olimpo pelea los amistosos, pero no los gana

El conjunto de Perazzo perdió su tercer cotejo informal seguido de pretemporada. Ayer, en el complejo de Teléfonos, Guillermo Brown de Puerto Madryn le hizo precio y lo venció 2-1.

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

Los jugadores tratan de no exteriorizar su preocupación y en el mundo Olimpo la frase "está todo bien" se repite sin temor cuando alguien pregunta o trata de interiorizarse sobre las causas o los por qué de este presente del equipo, que otra vez perdió un cotejo amistoso y, a 15 días del debut oficial en el torneo unificado de AFA, no encuentra su norte futbolístico.

Ayer, en un cotejo que duró 75 minutos (un tiempo de 40 y otro de 35), el aurinegro cayó 2-1 con Guillermo Brown de Puerto Madryn, flamante ascendido a la B Nacional.

Más allá de la intensidad de la pretemporada, que muchos todavía sienten el rigor de las cargas de trabajo y que es un plantel con muchas caras nuevas, las lagunas en el juego, por momentos, desembocan en mares de dudas donde naufraga hasta el mejor nadador.

Por la envergadura del adversario y pensando en ganar para que la vuelta a las prácticas mañana sea con otro ánimo, Walter Perazzo ubicó un 4-4-2, con dos delanteros bien definidos: Joel Acosta y Klusener.

Y, por lo que se vio apenas arrancó el encuentro, frente a un elenco sureño que se paró con un 4-1-4-1 y que salió rápido de contra, daba la impresión de que Olimpo cambiaba la imagen de equipo cansino, lento y dubitativo que se vio en Mar del Plata.

Pero sus ratitos de buen fútbol duran un suspiro. En ataque depende pura y exclusivamente de la velocidad y el despliegue de Acosta, quien marcó un golazo arrancando casi de mitad de cancha y definiendo cruzado a un palo.

Pero hoy por hoy, Olimpo es un equipo infectado de errores, vacilaciones y desconcentraciones.

Ayer se cansó de cometer faltas en su propio campo, sucumbió frente a la presión de Brown en el medio y no tuvo marca ni contención en los laterales. Adrián Martínez (¿por qué no de carrilero, si en este puesto arrancó el año tan bien como había terminado el 2014?) y Quiroga no retroceden con el mismo criterio con el que se proyectan y Encina y Jacobo Mansilla todavía andan en tres cilindros.

Más allá del rodaje y de la búsqueda de esa fineza futbolística, al conjunto de nuestra ciudad le falta despliegue táctico, conocimiento y una misma idea para todos.

El once de ayer, seguramente, será el que visitará a Boca el próximo 15 de febrero. En dos semanas, ¿podrá ser un equipo estratégicamente más armado y potenciado por virtudes individuales y colectivas. Difícil, ¿no?