Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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En la última, un grito Nacional le sacó el triunfo a San Lorenzo en Asunción

El gol de Julio Santa Cruz, a los 48 minutos del segundo tiempo, le impidió al Ciclón ganar el duelo de ida de la Libertadores, en Paraguay. Mauro Matos había adelantado al azulgrana. La revancha se jugará en siete días.
En la banda derecha, Julio Buffarini pelea cuerpo a cuerpo con Marcos Melgarejo. Los guaraníes no se entregaron y llegaron al gol en el final.

Un empate fuera de casa nunca es mal negocio. Mucho menos si se trata de una final. Pero hay formas y formas de conseguirlo. Seguramente, la igualdad que anoche se llevó San Lorenzo de Paraguay haya sido la más descolorida de todas. ¿Por qué? Porque en el tercer y último minuto de adición, Nacional empató el encuentro y lo privó de una victoria que parecía asegurada, en el partido de ida de la final de la Copa Libertadores. Claro que los cuervos tendrán revancha en siete días y la posibilidad de conseguir el trofeo en su propia cancha...

El camino empezó favorable para el equipo de Edgardo Bauza. El rival le dio libertades en la marca y las salidas limpias fueron casi una constante para los azulgranas. Si bien ese inicio positivo no se reflejó en situaciones concretas de gol, San Lorenzo arrancó el partido con holgura y tranquilidad.

La primera chance de peligro llegó a los 30 minutos. Piatti asistió a Emanuel Más y el lateral sacó un zurdazo cruzado que se estrelló en el palo más lejano del arco protegido por Ignacio Don.

En el medio, el local se agazapó en el fondo y procuró evitar dolores de cabeza. En ataque ofreció poco y nada y solo se acercó a Torrico con algunos envíos aéreos.

En casi todas esas situaciones, el experimentado Fredy Bareiro fue el faro de los guaraníes en campo rival.

¿Cómo respondió San Lorenzo en defensa? Con eficacia. Incluso, Fabricio Fontanini, que anoche reemplazó al lesionado Mauro Cetto, se acopló sin problemas a la última línea de los de Boedo.

El inicio del segundo tiempo siguió la misma línea con la que se cerraron los primeros 45 minutos de acción.

Pero, de a poco, el equipo argentino estableció la diferencia colectiva y de jerarquía que se preveía. Mercier-Ortigoza (sobretodo el Pichi) se adueñaron del mediocampo y, desde allí, la visita ejerció el monopolio que le ha permitido dejar en el camino a los brasileños (Gremio y Cruzeiro) y a Bolívar.

Por eso, no fue de extrañar que el Santo se animara a ganar el partido. Cuando parecía que el arco estaba cerrado y que Martín Cauteruccio podría a llegar a destrabar el 0-0 desde el banco, los Cuervos pegaron el primer grito.

A los 19 minutos, Mercier cortó una salida paraguaya y depositó la pelota en la punta derecha; Buffarini descargó con Villalba y Tito lanzó un centro bajo que Mauro Matos conectó con una media vuelta letal.

El 1-0 parecía poner las cosas en su lugar. Encima, el elenco de Morinigo pareció perder la brújula y el orden que lo caracterizó a lo largo de toda la Copa.

Bauza optó por la rotación y dispuso los ingresos de Gonzalo Verón y del Pitu Barrientos para jugar el sprint final del partido.

Con el mismo aplomo y la personalidad del inicio, San Lorenzo protegió el 1-0 hasta los últimos minutos.

¿Qué pasó en el final? El colombiano Roldán adicionó tres más y, en la última maniobra, el ingresado Julio Santa Cruz (hermano del reconocido atacante Roque) estableció el 1-1 con una llegada a fondo por la derecha.

A simple vista, el empate le cayó mucho mejor a Nacional. Ahora, San Lorenzo, que también supo jugar un partido inteligente, tendrá la gran chance de definir la serie en el Bajo Flores. ¿Quién festejará el próximo miércoles?