Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Macri le echa el fardo a los gobernadores

Fotos: Archivo La Nueva.

    La decisión del presidente está tomada. Y no parece que haya posibilidad de vuelta atrás. Ni que Mauricio Macri luzca asustado por la reunión que los gobernadores mantendrán pasado mañana en la Ciudad de Buenos Aires para unificar posiciones en torno al tema. El presidente resolvió que sean los gobernadores los que asuman la discusión de la paritaria docente que se avecina en cada una de sus provincias, al revés de años anteriores en los que por lo general la "paritaria nacional" es la que les indica el camino a seguir.

     "No habrá paritaria nacional de seguimiento, cada gobernador tendrá que asumir su propia discusión salarial con los docentes", dijeron en la Casa Rosada, enterados de que la mayoría de los mandatarios prevé la jugada del jueves con un objetivo concreto, que es mirar primero lo que sucede con el ministerio de Educación nacional y gremios como UDA y CTERA, para después "colgarse" de ese acuerdo. La guerra está al caer porque gremios y provincias recuerdan que hay una ley del Congreso votada por amplia mayoría que dice que debe haber un "piso nacional" salarial por debajo del cual ninguna provincia debe quedar.

      La entrelineas de la jugada que prepara Macri se lee muy bien apenas se tomen algunos pocos elementos del escenario político actual: en un año electoral clave como el que se avecina, el presidente no quiere pagar costos como los que podrían derivar de desacuerdos con los gremios docentes, aunque de todos modos Esteban Bullrich --cuyo ministerio paradójicamente no tiene ninguna escuela porque fueron transferidas a las provincias-- y los dirigentes de aquellas entidades se sentarán a conversar en un par de semanas. "Pero no será una paritaria testigo como quieren algunos gobernadores", dicen en la Casa Rosada sin identificar a ninguno en particular.

    Macri, en ese tren, buscaría sin que se note demasiado que si hay problemas como casi todos los años con el arranque del calendario escolar, con las cruciales elecciones a la vista, el costo lo paguen los gobernadores y no la Nación. 

    Macri debería andarse con cuidado. O hacer un fino equilibrio entre esa decisión que parece no tener retorno y algunas necesidades políticas de altura que tendrá este año, no sólo desde la necesidad de un triunfo electoral en agosto y octubre, sino para conseguir renovados consensos en el Congreso, donde pase lo que pase en las urnas, Cambiemos seguirá siendo minoría en ambas cámaras.     Rogelio Frigerio sabe de qué hablan quienes en el gobierno entregan esas aprensiones. El ministro del Interior debe mantener necesariamente la buena química con los gobernadores para mantenerlos cerca y no en la vereda de enfrente. En especial cuando les promete para este año la friolera de 77 mil millones de pesos en reparto de obra pública. En la mayoría de los casos antes de las elecciones y en provincias que gobierna el peronismo o los partidos independientes, para mayor detalle.

Alerta roja

UN desafío novedoso pero de ningún modo menor que la estrategia presidencial deberá enfrentar proviene de los gremios docentes, que el lunes pusieron el grito en el cielo ante la decisión de pasarle la pelota a los gobernadores y no avanzar primero con la definición de la paritaria nacional. Un cometido que, vale precisar, alcanza especialmente al resto de las provincias sin contar Buenos Aires y Córdoba, que tradicionalmente encarar la discusión de la próxima paritaria sin aguardar señales desde el gobierno nacional. De hecho María Eugenia Vidal ya camina en esa dirección, con una oferta que incluye un 18 por ciento de aumento salarial y una cláusula gatillo para utilizar por si se dispara la inflación. El gobernador Juan Schiaretti corre más o menos en la misma dirección. 

    El resto planea sentarse a esperar y ver qué hace Macri. O plantear en la reunión del jueves que no están dispuestos a cambiar las reglas de juego. Justamente ese es el plan del presidente, quien por si fuese poco ya instruyó a la mesa chica que integran Marcos Peña, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui a que rieguen por donde sea necesario regar el dato del cual el gobierno no pensaría moverse: que los aumentos salariales docentes, y del resto, deberían este año respetar la inflación pautada en el Presupuesto, que es del 17 por ciento.

    El choque con maestros y gobernadores será para alquilar balcones: los gremios amenazan con no sentarse a conversar por menos del 25/35 por ciento de piso y techo. Y los gobernadores, la mayoría, va a reclamar compensaciones en caso de verse obligados a negociar por encima de aquella pauta. Frigerio, obviamente, prepara sus rezos de turno...