Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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El peor escenario: un gobierno desorientado y con ataques de pánico

El bombazo de impredecibles consecuencias políticas que está significando la muerte del fiscal Nisman para la gestión de CFK, ha dejado al kirchnerismo en un mar de tempestades del que no se sabe cómo saldrá.
El peor escenario: un gobierno desorientado y con ataques de pánico. Crónicas de la república La Nueva. Bahía Blanca

La presidenta Cristina Fernández hace exactamente un mes que casi no habla con nadie. No apareció más en actos público ni se conocieron fotos suyas clásicas de la gestión. Sólo se reúne a veces con su hijo Máximo, muy poco Carlos Zannini, y no mucho más.

En los últimos días, se dice, rompió esa regla apenas para que le redactaran las dos cartas que publicó en las redes sociales para referirse a la muerte del fiscal Alberto Nisman. Un cometido que habría requerido los servicios del exjuez de la Corte, Eugenio Zaffaroni, y del periodista estrella del matutino más comprometido con el gobierno.

No es todo eso una construcción periodística. Es lo que relatan fuentes seguras -y espantadas- del gabinete nacional, y dirigentes igualmente asombrados por los acontecimientos que se han sucedido en los últimos diez días, que pertenecen al Consejo Nacional del Partido Justicialista.

Todos ellos se toman la cabeza por lo que está a la vista: una presidenta presa más que nunca de una actitud frívola y desprovista de cualquier desparpajo, decidida a sostener primero que Nisman se suicidó y dos días después a decir que lo asesinaron, y, lo que es peor, a obligar a toda su tropa de funcionarios, adulones y serviles sin remedio a que la sigan en ese violento e insólito giro, sólo porque un par de encuestas que leyó le explotaron en la cara.

Ella, decidida y desesperada a recuperar el favor de la gente como sea, leyó que la inmensa mayoría de los ciudadanos de a pie desconfía de la versión del suicidio y responsabiliza al gobierno por lo ocurrido con el extinto fiscal.

La foto deplorable y surrealista de los caciques del peronismo leyendo un documento que Zannini ya les entregó redactado para que repitan cual loros el mismo verso increíble del golpe de Estado que preparan Clarín y Magnetto, y sus principales voceros pegando volteretas indecorosas para desdecirse de lo que apenas 48 horas antes había quedado registrado en los grabadores, todo porque "esa es la posición que fija nuestra presidenta", como reconoció sin ningún rubor y ninguna estima por sí mismo el ministro Agustín Rossi, es todo un cuadro.

Las voces más sensatas del kirchnerismo y algunos de sus aliados críticos pintan a una presidenta y un gobierno paralizado, desorientado, y con recurrentes ataques de pánico. Todos atornillados a sus sillones a la espera del papelito que cada mañana llega desde Olivos para decirles qué tienen que hacer y decir.

Muchos de esos voceros advierten el peor de los escenarios: que el caso del presunto asesinato del juez Nisman, para colmo con la ocurrencia de la doctora de querer echarle ahora todo el fardo al espía Stiusso, a quien ella y su marido apañaron durante once años y le ordenaron más de un trabajo sucio, les estalle en medio del arranque de la campaña electoral.

Cada nueva revelación sobre las escuchas telefónicas entre Luis D'Elía y el fanático iraní "Yussuf" Khalil es casi un preinfarto para varios de ellos.

La mayoría de los consultores y analistas políticos dijeron en estos días tres cosas: que la muerte de Nisman y las crecientes responsabilidades del gobierno que van apareciendo perjudican las chances electorales del Frente para la Victoria, impactarán aún más en la de por sí alta imagen negativa que tiene la mandataria, y le harán algún daño a Daniel Scioli, que hoy aparece como el candidato obligado le guste o no le guste a la señora del oficialismo.

También esos referentes coincidieron en que de todo este embrollo saldrán beneficiados Sergio Massa y Mauricio Macri. Justo el infierno tan temido para un gobierno que aspiraba a dirigir la campaña hacia el relato de las maravillas de país que conduce la jefa, y que pretendía a golpe de propaganda y dádivas instalar la fantasiosa idea de que "así como venimos, ganamos en primera vuelta".

Scioli podría ser el primero en pagar ese estado de autismo político en el que vive con tal de no perder el favor de la doctora, que genera en ella el resultado inverso: su rencor por él va en aumento.

El gobernador ya ha recibido señales y hasta algunas protestas de sus colaboradores: no se puede estar todo el tiempo en los dos lados de la orilla.

"Así como vamos y encima con este misil (la dudosa muerte de Nisman) que nos cayó encima, no ganamos las elecciones y no sé cómo llegamos a diciembre", fue un comentario puntual y crítico de algunos de los que asistieron, forzados y advertidos de la obligación de poner la cara, a la macondiana reunión del PJ en la sede de la calle Matheu.

"Esta mujer nos ha dejado a todos c... para el norte", se quejó un gobernador de provincia cuyana luego de escuchar el texto del documento y de asombrarse por la mañana por la voltereta de la jefa del Estado sobre las causas de la muerte de Nisman.

"Estamos paralizados, arrinconados y con respuestas al boleo como un boxeador al borde del nocaut", graficó la escena un subsecretario de Estado que acompaña al gobierno desde la llegada de Néstor Kirchner a la Casa Rosada.

Hay quienes dicen en algunos despachos oficiales que un nuevo temor se ha agregado entre los estrategas: que la causa por la muerte de Nisman, si se comprueba que fue un asesinato o que el fiscal fue inducido a matarse (crece la idea del espía inorgánico Lagomarsino dejándole a Nisman la pistola 22 sobre la mesa, en clara señal mafiosa de "ya sabés lo que tenés que hacer"), deje el fuero ordinario y pase al fuero federal. Es decir que aterrice en Comodoro Py, ese bastión ahora inexpugnable para los operadores que ablandaban magistrados y arreglaban causas que antes poseía el kirchnerismo.

Difícil saber si ese escenario también aterra a la jefa de todos ellos, cada vez más decidida a conversar en Olivos sólo con su propia sombra.